Con pancartas, arengas y silbatos, protestaron a la entrada de la gobernación del Quindío los trabajadores de los hospitales La Misericordia de Calarcá y el Pío X de La Tebaida, instituciones sumidas en la más profunda crisis.
Entre los muchos trabajadores del hospital La Misericordia, que asistieron a la manifestación pública en la plaza de Bolívar de Armenia, estuvo Liliana Cataño una enfermera que desde hace muchos años vive el progresivo deterioro de la institución sin que se apliquen soluciones definitivas.
Cataño lamenta lo que sucede en la entidad a la que le ha entregado toda su vida y afirma con preocupación que el hospital agoniza, que la institución encargada de prestar servicios de segundo nivel, se encuentra sin recursos para funcionar.
Expresa su solidaridad con los contratistas compañeros de trabajos, quienes tienen salarios atrasados desde el mes de mayo y no hay medicamentos, insumos, papelería, por lo tanto no se le presta un bien servicio a la comunidad quindiana.
La enfermera se refiere a las amenazas del gobierno cuando afirma que no se puede parar la atención en salud porque es un servicio esencial y se pregunta ¿Los salarios de los trabajadores no es un derecho esencial ?.
Explica la profesional, que con lo que se ganan en e hospital llevan el sustento a sus hogares muchas madres que tienen sobre sus hombres la responsabilidad de las familias, e hizo un llamado al gobierno departamental para que mire hacia el hospital La Misericordia de Calarcá, e inyecte recursos.
Agrega que es necesario gestionar ante las EPS el pago de las deudas, y que se presione el desembolso de los dineros para el funcionamiento del hospital.