Durante la Acción de Gracias por los 129 años de Armenia, el sacerdote Carlos Arturo Quintero, Administrador Diocesano en su homilía indicó que al exaltar y honrar a la capital quindiana, se debe centrar la atención recordando que todo reino dividido va a la ruina.
Se preguntó desde la Catedral La Inmaculada, ¿cuáles son los demonios que nos están atacando como habitantes del Quindío?
Dijo el presbítero que al hacer un recorrido de 129 años de fundación de Armenia, es importante preguntarse, qué nos ha pasado, qué nos está sucediendo a los quindianos y a los armenios, recordó al papa Francisco cuando dijo que el diablo entra por el bolsillo.
Flagelo
Agregó que la corrupción es un flagelo que destruye la armonía de los pueblos, que destruye la convivencia pacífica, entonces el corazón se divide más, esos son los demonios que hoy atacan a la sociedad.
Convocó a trabajar los valores de la honestidad, justicia, equidad y tolerancia, para que todos se dispongan a hacer lo mejor por la ciudad y por el departamento.
Dijo el sacerdote que “no nos podemos quedar mirando lo negativo, las sombras y olvidarnos de las luces, la gente de afuera nos ve bien, pero también se da cuenta de las cosas que no están bien, se da cuenta de la inversión de valores que ha afectado la ciudad y el departamento deteriorándolo todo, porque cuando la autoridad se corrompe, qué podemos exigirle a los demás, a los de a pie, a los que se esfuerzan por tratar de llevar honestamente el sustento a la casa”.
Sin referente
Agregó en la ceremonia de acción de gracias por el cumpleaños de Armenia que el desarrollo es el nuevo nombre de la paz, pero no solo se trata del progreso material y destacó el panorama de Armenia con edificaciones grandes y bonitas, además de ver los niños, los jóvenes y ancianos, sin embargo lamentó que a muchos se los roba la drogadicción, están atrapados en la prostitución, en el microtráfico y ellos crecen sin esperanza, que ya perdieron la ilusión de la vida, no tienen referentes, los adultos dejaron de serlo.
Invitó a enarbolar la bandera del testimonio y a recuperar la vida espiritual, en donde se den cuenta que sin valores espirituales no es posible levantar una sociedad de la miseria, de los antivalores.
“Volver la mirada a Dios, es la clave sin Él no podemos construir un Quindío nuevo, una Armenia solidaria, gozosa y feliz, dando la vida por el hermano, Armenia no tendría por qué tener habitantes en situación de calle, porque es rica”.
Unidos
Invitó al gobernador y al alcalde a pasar al frente, para decirles que se deben tejer hilos de relaciones de armonía y convivencia, con la autoridad militar y de Policía.
Finalizó su homilía indicando que Armenia debería ser un jardín sin ignorar las espinas, contemplando las flores y las rosas, “hoy alcalde y gobernador deben trabajar por rescatar la ciudad y el departamento uniendo esfuerzos, haciendo lo posible porque se conviertan en una experiencia piloto en donde se puede vivir en paz, tranquilos y en tolerancia, construyendo la que verdaderamente sea la Ciudad Milagro de Colombia, si no es unidos, no saldrán adelante el departamento y la ciudad”.