Por Luz Stella Muñoz Marín
Su autor José Nodier Solórzano Castaño, nacido en Calarcá, es uno de los fundadores del Encuentro Nacional de Escritores Luis Vidales. Entre sus obras publicadas se encuentran el libro de cuentos Historias del prologuista, y la novela La Secreta.
Esta obra literaria se compone de 200 páginas, treinta capítulos, cada uno titulado de acuerdo con su contenido. Aplica una técnica de escritura fragmentada, como lo afirma el autor: “Mis recuerdos están fragmentados como si fueran un jarrón quebrado en el piso”.
Los personajes y situaciones de la novela se unen en una historia que tiene relación tanto con la colonización cundiboyacense en el Quindío, como con un pasado más reciente alrededor del terremoto de 1999. Alternan los narradores en primera persona y en segunda persona para luego continuar en tercera persona.
Comienza con la muerte del abuelo, Leopoldo Solórzano. Él había llegado de Choachí y Fómeque, de Cundinamarca, a la Virginia, Calarcá, Quindío, a donde llegaron también otras familias de apellidos muy reconocidos en la región. Odiaba a Gaitán porque lo consideraba un indio comunista que debía desaparecer y conformó un grupo de autodefensas para asesinar a sus enemigos.
Intercala pasado remoto con pasado cercano. En el primero, rememora la llegada del bisabuelo Mariano desde Choachí, en la época de La guerra de los mil días, halagado por la vegetación del Quindío y también por la leyenda del Cacique Calarcá y su tesoro escondido en Peñas Blancas. Su esposa Matilde soñaba con el indio y vivía romances imaginarios. Como pertenecía al partido conservador, amparaba en su casa a grupos de los llamados Pájaros, los cuales hacían sus matanzas de liberales en La Virginia y Quebradanegra, cercanos a Calarcá Quindío. Aparecen descripciones de asesinatos a machete y formas salvajes de violencia.
El acontecimiento más significativo del pasado cercano, es el terremoto de 1999 ocurrido en Armenia. Y es entonces cuando surge Albania una niña de 13 años que ayudaba en el hotel donde se hospedó Leopoldo a su llegada a la ciudad y de quien se enamoró perdidamente, pero tres días antes del terremoto había desaparecido en busca de su madre. La búsqueda de Albania se convirtió en una obsesión para Leopoldo hasta que la localizó y continúan sus desventuras.
Las acciones enumeradas son ricas en detalles y alrededor de ellas hay otras historias amorosas, donde la mujer es tan manejable que cae seducida fácilmente, y en otras instancias es fuerte para dominar y tomar decisiones. Otros personajes de la novela están relacionados con la reconquista conservadora en el Valle del Cauca y el Quindío, con realidades nacionales de la época donde se entrelazan también otros sucesos de Circasia y Calarcá, poblaciones quindianas, de un pasado y un presente lleno de desconcierto.
Con relación al lenguaje utilizado, el autor hace énfasis en expresiones unas veces sensuales, a manera de sinestesia, otras eróticas, con el fin de hacer partícipes a los sentidos al percibirlas, destacándose en todo el texto su lenguaje poético.
Hay una expresión “La bandada de loros que cruzaba el atardecer”, que se convierte en Leitmotiv a lo largo de la novela. En un momento para darle énfasis al título, expresa: “Los loros verdes, aleteando entusiasmados en el cielo de nuestra infancia, llenaron de agitación el cielo sucio, manchado de secretos”.
La importancia de esta novela se manifiesta en la fusión de la historia personal de los antepasados Solórzano, con la historia nacional de Colombia en su época. En ella intervinieron presidentes, líderes políticos y circunstancias personales y sociales que afectaron a la familia y cómo dentro de ella pueden darse diferentes orientaciones políticas con el paso del tiempo, al influir hechos particulares y sentimentales que cada cual defiende a su modo. Su carácter fragmentario es clave para entrelazar todas las historias que reúne en la obra.
A manera de invitación para tantos lectores que aspiran llevar a la literatura historias familiares o experiencias personales, los referentes que maneja el autor en esta obra, pueden ser una motivación para tomar decisiones literarias, si se le hace un buen tratamiento narrativo y estético a su estilo personal.
Al comienzo afirmé que estas historias reflejan pasiones desbordantes, porque los personajes haciendo uso de ellas actúan con vehemencia. Son decididos, apasionados y hasta crueles.
Esta novela nos ubica en una estética nueva de las letras quindianas, por los recursos literarios que utiliza.