En su Informe Semanal ANIF hace un recuento de las cifras de pobreza más recientes publicadas por el DANE para el año 2019, los principales ajustes metodológicos, debido a la aplicación de la Encuesta Nacional de Presupuesto de los hogares (ENPH), detrás de esas cifras y lo que espera la entidad serán las del 2020.
El análisis detallado de las cifras de pobreza publicadas por el DANE para el año 2019 deja claros varios aspectos dice ANIF.
El primero es que era necesario llevar a cabo la actualización para capturar de mejor manera los patrones de consumo de los hogares y reconocer las diferencias en las dinámicas regionales.
La estimación de las líneas de pobreza regionales es, sin duda, un gran logro. Una caracterización más específica de los hogares colombianos permitirá generar políticas públicas con enfoque territorial que aborden de manera diferencial los problemas específicos a cada una de las regiones.
Un segundo aspecto tiene que ver con la estimación de los resultados de pobreza monetaria y pobreza extrema para 2019, así como la reconstrucción de la serie para los años anteriores.
El ejercicio mostró que las series estimadas bajo la metodología actual y la anterior presentan el mismo comportamiento a lo largo de los años. Sin embargo, cabe resaltar que bajo la metodología actual hay un salto en el nivel, pues el reconocimiento de la variabilidad de los patrones de consumo, las dinámicas de generación de ingreso y las diferencias en los precios de las canastas a nivel regional, hay una mejor identificación de la población pobre. La metodología anterior subestima el cálculo de la pobreza al no tener en cuenta esos aspectos.
Dice ANIF que igual de importante a lo anterior resulta el hecho de que en 2019 la incidencia de pobreza monetaria y extrema, independientemente de la metodología utilizada para medirlas, ya presentaba un importante deterioro.
Antes de la pandemia se habían identificado problemas estructurales en el mercado laboral que incidían directamente en la generación de ingresos en los hogares. Ahora, en el escenario en el que nos ha dejado la pandemia y, sobre todo, a causa de las medidas de mitigación de contagio, esos efectos se profundizará.
Desde ANIF han llamado la atención, ya en varias ocasiones, sobre los altos costos en términos de bienestar que las cuarentenas y aislamientos obligatorios han significado para los hogares colombianos.
Como vimos en los resultados de la encuesta Pulso Social del DANE, el bienestar de los hogares está altamente relacionado con la capacidad de generar ingresos para atender las necesidades básicas.
En ese sentido, la preocupación es absoluta si tenemos en cuenta que tras la pandemia tan solo el 71% de los hogares manifestó consumir las tres comidas diarias (ver Comentario Económico del Día 3 de diciembre de 2020). Con eso, quieren decir que la imposición de nuevas medidas restrictivas al inicio del año 2021 supone un mayor riesgo para la recuperación del empleo y la disminución de las cifras de pobreza.
Finalmente, los resultados de pobreza por ciudades y departamentos muestran un país de realidades muy diferentes y la presencia de importantes brechas regionales.
La pandemia llegó en un momento en el que la situación de los hogares colombianos ya era compleja, en particular, como lo demuestran las cifras descritas a lo largo del informe, para algunas ciudades y departamentos.
Considera ANIF que en el mediano plazo, será vital avanzar en la implementación de políticas diferenciales, con mirada regional, para la mitigación de pobreza y eso pasa por una necesaria y apremiante discusión acerca de los niveles de desarrollo de nuestros territorios.
Dicho eso, vale la pena destacar el enorme esfuerzo que se ha hecho desde el Gobierno Nacional para aumentar las transferencias a los hogares más necesitados y ampliar la base de beneficiarios.
Con respecto a lo anterior, encuentran que, en la actual coyuntura, es fundamental empezar las discusiones acerca de la reforma tributaria radicada por el Gobierno Nacional el pasado 15 de abril.
La pandemia demostró que se debía robustecer los programas sociales y eso es uno de los puntos vitales del Proyecto de Ley de Solidaridad Sostenible (PLSS). La intención de volver permanente Ingreso Solidario junto con la ampliación, en monto y número de beneficiarios, del programa de compensación del IVA tienen el potencial de reducir el impacto de la pobreza en el país.
En efecto, los estimados del gobierno indican que se reduciría la pobreza moderada y extrema en 2.6pp y 4.9pp, respectivamente, en el 2021 frente al 2020.
De forma similar, reduciría la desigualdad, medida a través del Gini, en más de 3.2 puntos. Lo anterior, no obstante, requiere que se aprueben tanto las reformas en el gasto como aquellas que permiten obtener ingresos tributarios permanentes y estables para financiarlo. De lo contrario, se perderían la mayoría de esos beneficios.