La complejidad del fútbol

10 marzo 2022 7:50 pm

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Por James Padilla Mottoa

Complejo, inescrutable, sujeto a todas las circunstancias, así es el deporte del fútbol. Uno, como crítico, trata de ensayar algunas explicaciones, pero al final se concluye en que para hablar de él no existen verdades absolutas. Muchas veces se hace tan difícil de entender, que parece que la razón sólo la tiene la pelota y por eso cada quien se da la potestad de dar sus propias opiniones.

Filosofía propia del periodista para meternos en los vericuetos del fútbol de alta competencia y mirar con detenimiento las cosas tan diversas e inexplicables que pueden darse en un partido, para torcer el rumbo del mismo y cambiar un resultado.

No quiero hablar de lo que llaman justo o injusto en el desarrollo de un juego, porque esas consideraciones no tienen validez cuando se trata de este deporte. Quiero llamar la atención sobre incidencias que podrían parecer intrascendentes y seguramente aisladas y que sin embargo modifican abiertamente la manera de tramitar el partido.

El ejemplo más claro es lo que ha sucedido esta semana en el juego de vuelta por la Champions entre el Real Madrid y el París Saint German: el lance llegaba con la mínima ventaja para los galos 1 por 0. Salvo los primeros 8 minutos, todas las acciones favorecían al visitante que se recreaba en su dominio convirtiendo un golazo por intermedio de Mbapé, el más rutilante jugador hasta el momento. No se veía un solo resquicio por donde El Real pudiera equiparar las incidencias del partido y mucho menos conseguir el tanto del empate.

Hasta que llegó el error inesperado en el segundo tiempo por parte del arquero Donaruma, uno de los elementos clave en la estructura del París. Un solo error que costó el tanto de la paridad por intermedio de Benzemá. Un error que derrumbó por completo lo que hacía todo el equipo, un error que pareció anestesiar al que era favorito hasta ese momento, un error que tuvo el misterio de cambiar hasta la figura del compromiso; porque las acciones pasaron al otro bando y Benzemá con dos goles más en un lapso de pocos segundos, encumbró su presencia goleadora y se hizo el jugador más rutilante en la noche del Santiago Bernabeu.

Los que se devanan los sesos estudiando todo lo que concierne al fútbol no pueden explicar lo que sucede en un momento como ese; no pueden aclarar cuál y cómo es el efecto de un blúper como el que se le atravesó en el partido que no podía ser, al arquero italiano.

Previamente al juego se había llegado a decir que de una victoria dependía la continuidad en el banco parisino del técnico argentino Pochettino. Y perdió; quedó apeado de la Champion el equipo francés, ganador de todo en su liga, armado con las más fulgurantes estrellas para ganar precisamente el más preciado de los torneos europeos, el cual le sigue siendo esquivo a las millonadas cataríes.

Entonces uno se pregunta ¿qué puede hacer un técnico para evitar que un gran arquero se equivoque de esa manera? ¿Acaso le pueden reprochar que no haya puesto en el pórtico al tico Keylor Navas? Preguntas que uno siempre se hace para tratar de encontrar una pizca de lógica en este juego que se llama fútbol. Y lo más curioso es que nadie las responde…

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