Por Émerson Castaño
A finales de noviembre del año 2020, la veeduría Cívica Armenia y Quindío envía un derecho de petición a la secretaria de planeación municipal del municipio de Quimbaya, con el fin de que se le informe y suministre documentos relacionadas con la construcción del “Pueblo Panaca”.
Exactamente es lo siguiente: “copia de los documentos soporte de la radicación de documentos (artículo 185 del decreto ley 0190 de 2012, que modificó el artículo 71de la ley 962 de 2005) para adelantar actividades de construcción y enajenación de inmuebles destinados a vivienda del proyecto de vivienda denominado PUEBLO PANACA ubicado en la vereda Kerman de Quimbaya, Quindío kilómetro 7 vía Kerman-Quimbaya, el cual se venden actualmente en el mercado inmobiliario como se evidencia en la página web http://www.pueblopanaca.com,”. –ver derecho de petición completo–.
La respuesta del ente administrativo fue en este sentido: “me permito informar que, en la administración municipal de Quimbaya, Quindío, la secretaria de gobierno es la secretaria encargada de expedir los permisos o autorizaciones de Enajenación y ventas a los proyectos de vivienda, por lo cual se anexa certificado de la secretaria de gobierno donde se indican que al proyecto denominado “PUEBLO PANACA” no tiene o cuenta con el permiso o autorización de enajenación y ventas…”. –Ver respuesta de planeación municipal de Quimbaya–. Con lo anterior se demuestra que desde mucho antes Panaca había comenzado a vender viviendas sin contar con las autorizaciones respectivas.
Para los dueños de Panaca no es problema que no tengan los permisos para construir “Pueblo Panaca”, la orden es presidencial. Y en ello la administración de Abelardo Castaño se suma a la omisión, guarda silencio, permite que se haga con el territorio lo que Panaca se le dé la gana. Y mientras tanto Jorge Ballen Franco sigue haciendo uso de un lenguaje violento contra quienes votamos por Petro, al punto de tratarnos como animales.
Luego, en junio del año pasado la procuraduría Ambiental y Agraria de Armenia–sin ir tampoco más allá– advirtió al municipio de Quimbaya las consecuencias que pueden traer consigo si el ente administrativo –con poder coactivo– no actúa debidamente para suspender las obras de “Pueblo Panaca”, a saber dijo: "…“como estamos ante un hecho que corresponde a una posible infracción urbanística de conformidad a los estipulado en el Artículo 103 de la ley 388 de 1997, el municipio tiene la facultad de proceder a disponer la medida policiva de suspensión inmediata…”. Claro está que el alcalde de turno no se va a enfrentar a Jorge Ballen porque estaría encarando a Uribe Vélez. Y ningún funcionario de la pobre gestión de la alcaldía de Quimbaya, tiene la orden policiva de suspender el mega-proyecto “Pueblo Panaca”. –Ver concepto de la procuraduría–.
Nadie en el municipio de Quimbaya, ni alcalde ni concejales se atreven hablar mal del que se cree dueño del territorio. Las autoridades ambientales están en esa misma dirección, agachando la cabeza y facilitan la realización del proyecto sin cumplir con requisitos legales. Todos viven muertos del miedo con la Oficina de Envigado. Y los que nos atrevemos a denunciar lo que vienen haciendo con el territorio, intentan amenazar o advertir las consecuencias que podemos tener si seguimos denunciándolos. En lo particular, a este columnista, le llegó dizque un ´derecho de petición´ donde el de los mandados de Panaca, el señor Pablo Emilio Cruz, me hace la siguiente advertencia o quizás amenaza: “en el caso que no se efectué aclaraciones y/o rectificaciones conducentes a corregir los mensajes implícitos enviados, sobre actuaciones ilegales del grupo Panaca y su representante legal señor Jorge A. Ballen Franco en la columna, nos vemos precisamente a acudir a las instancias y procedimientos legales del caso”. Creen estos señores que estoy muerto del miedo.
No les queda más a estas personas que recurrir a intimidaciones con el propósito de censurar la libre opinión. A usted señor Ballen, le dejo mi número de celular para que hablemos de frente–3195913701–. Ni a usted ni a nadie me le escondo. Y entienda de una vez por todas que pierde el tiempo en intentar silenciarme con amenazas de tipo judicial. Procesada. – Ver carta de advertencia–.