Guillermo Salazar Jiménez
Son los más ganadores y representan la pujanza y perseverancia de los humildes, formados gota a gota por su voluntad de llegar a lo más alto del triunfo y ser personas. Solos, abandonados por el Estado, sin escuelas oficiales para perfeccionar sus cualidades y templar su espíritu deportivo, nunca olvidan su origen. Esto pensaba Rusbel Caminante de los ciclistas colombianos mientras conversaba con su amigo sobre el accidente sufrido por Egan Bernal.
La gloria de los triunfos les recuerda las necesidades históricas, dijo Rusbel Caminante, desean la paz tanto como ganar las competencias. Pareciera que los señores de la guerra compitieran con nuestros ciclistas, porque la violencia ha corrido paralela con sus deseos por lograr la paz. Ejemplos sobran, Martín Emilio "Cochise" Rodríguez, desde 1971, hace 71 años, cuando ganó en Varese, Italia, el campeonato mundial de los 4.000 metros persecución individual, pensaba en la paz de Colombia. Hoy difunde su historia de vida, preocupado por nuestra convivencia pacífica. Otros como Lucho Herrera, campeón de la vuelta a España en 1987, hace 35 años, los periódicos le reseñaron su claro mensaje: “Queremos ofrecer este esfuerzo para que a nuestro país llegue la paz que todos deseamos. Hoy más que nunca, qué orgulloso me siento de ser un buen colombiano”.
Los ciclistas no deben participar en política, expresó aquel amigo, su tarea es ganar carreras. Son ciclistas y también colombianos, expresó Rusbel Caminante, opositores de la guerra, como Rigoberto Urán, medalla de plata en ciclismo de ruta, Juegos Olímpicos de Londres 2012: “Acuérdense que lo más importante es que la paz empieza en cada uno de nosotros. Trabajen en equipo, sean coherentes con lo que hacen y disfruten que la vida es una sola, dejen de huevoniar tanto…” Opinó que después de finalizadas las competencias, nuestros ciclistas con la bandera en sus hombros honran la paz. Nairo Quintana, ganador del Giro de Italia en 2014 y de la Vuelta a España en 2016, afirmaba que “Una paz de este conflicto interno que no nos lleva a ningún lado y que se puede manejar y tenemos que pagarlo. Lo pagaremos. Pero es bueno que lleguemos a un acuerdo, y nosotros seguimos siendo conductores para que este proceso se finalice y todos quedemos en paz…”
“No hay camino hacia la paz; la paz es el camino”, lo leyó Rusbel Caminante de Mahatma Ghandi y concluyó que nuestros grandes ciclistas han sufrido los golpes de la pobreza, por ello se atreven a denunciar la opresión y la discriminación. Lo dijo claramente Egan Bernal ganador del Tour de Francia en 2019 y en 2021 el Giro de Italia: “Se la necesidad económica en la que viven la mayoría de las familias en nuestro país, porque yo la viví…”, se sintió aplaudido por Rigoberta Menchú, premio nobel de la paz en 1992, cuando afirmó que “La paz no es solamente la ausencia de guerra; mientras haya pobreza, racismo, discriminación y exclusión, difícilmente podremos alcanzar un mundo de paz”.