Por Sebastián Ramírez
La semana tuvo competencia continental para los equipos colombianos, Deportivo Cali y Deportes Tolima jugaron de locales por Copa Libertadores y Atlético Junior lo hizo de visitante por Suramericana. Los resultados de los enfrentamientos de los equipos colombianos fueron los tres posibles en el fútbol: victoria, empate y derrota.
El triunfo vino de la mano del conjunto verde vallecaucano, un dos a cero frente al gigante Boca Juniors de Argentina. Es verdad que el conjunto xeneize en la actualidad dista mucho de los planteles históricos y poderosos que dominaron el continente con autoridad y que iban a las Intercontinentales a plantarle cara a los europeos, pero sigue siendo el segundo máximo ganador del certamen, ese escudo sigue despertando respeto en todas las canchas donde se presenta y la mística copera se sigue sintiendo en los estadios que visita.
Aunque no se trate del Boca más poderoso, la victoria del Cali es como bocanada de aires fresco para el fútbol colombiano. Recordemos que, de todos los enfrentamientos entre estos dos equipos, los colombianos solo habían podido ganar en una oportunidad; además, siendo realistas, las frustraciones de las últimas participaciones de los equipos colombianos en la competencia internacional han sido enfrentando a equipos poderosos, equipos promedio y equipos débiles.
Una golondrina no hace verano, pero este resultado en medio de tantos fracasos revitaliza. Veremos que pasa al final, pensar en pasar las fases de grupos parecería una meta demasiado pequeña, sin embargo, a la luz de las experiencias de los últimos años sería un avance para nuestro fútbol, un impulso para empezar a recomponer.
Twitter: @sebasramirez85