Restaurar el respeto es alcanzar la salud emocional

12 abril 2022 6:26 pm

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Juan Fernández Cerón

 

El camino más largo del ser humano es el viaje interno.

Nuestra capacidad para construir el mundo que soñamos, depende del recorrido de cada uno de nosotros, de pasar del miedo al amor de empezar a creer en nosotros mismos y de ser capaces de dejar nuestro demonio atrás.

Perder el miedo, es buscar personas capaces de retar el desorden, la crisis, la corrupción, la ignorancia, para sacarlo de su confort y mejorar la calidad de vida, para ayudar a mejorar y potenciar habilidades  y desarrollo pedagógico. Este debe ser el impacto de inicio para lograr una sociedad de calidad humana, apoyándolos con responsabilidad y ética, sobre todo a los más difíciles e inexpertos.

Mi experiencia y amor por lo pedagógico integral social, está hablando, se da en la resolución de problemas, o sea, tratar de encontrar  aspiraciones y cumplir nuestros sueños.

Los seres humanos son buenos, en su gran mayoría, pero es necesario invertir tiempo, esfuerzo y energía para ser mejores.

Tenemos claridad que algunas personas no están interesadas, porque sus intereses no lo permiten, es cierto que nos acusamos uno a otros, pero una sociedad educada, crítica que busque y tome el tiempo necesario para ir construyendo una relación de calidad de seres humanos, haciéndolos sentir cómodos, en igualdad de condiciones, con el debido respeto, de parte y parte, que confíen en sí mismo,  que se quiere sacarlos adelante, se logran muchas cosas.

El momento que vive nuestra sociedad, es realmente una falta de respeto, originado por los medios con sus respectivas inclinaciones, donde se imponen el engaño y la mentira para continuar ejerciendo el poder lleno de corrupción y falsedad.

El hecho que ha despertado la verdadera participación crítica de muchas personas, demuestra la recuperación de la autonomía reflexiva, crítica y de acción. Es decir, que se está pensando por sí mismo para recuperar el amarse a sí mismo. “Dentro de nosotros tenemos algo que no tiene nombre. Bueno, esa cosa sin nombre, es lo que somos” J. Saramago

Es una sociedad que se va diferenciando progresivamente hasta lograr una vocación, donde su corazonada, se convierte en ser persona que piensa y actúa en busca de sus fines y propósitos reales que perfeccionen con sentido y lograr una humanidad auténtica, que vivifique al ser humano, desde sus actos personales y trascendentales en la ejecución del hombre y del mundo, hasta llegar a crear una convivencia experiencial que de un orden y respeto al otro y lo otro.

Este ser sentido desde mi conciencia, es el dar y realizar la curiosidad, que como ser humano, ante mi mundo y el mundo, es despertar mi experiencia sensible hacia el mundo del ser, de lo humano y de lo material.

La curiosidad vivencial desde la experiencia, es germen de verdad, de creencia de mi propio mundo y del mundo, hasta que llegue a ser saber y conocimiento social, que conserve lo real para que sea útil, se fomente, supere, conduzca socialmente a los demás, como principio de placer, de amor, que conserven lo humano y lo natural, asumiendo participación real como sociedad culta

El amor a lo nuestro parte de la vida, del respeto comunitario, social, hogar, pueblo, patria, iglesia, como voluntad de querer vivir y no solo de vivir por vivir en una sociedad consumista y corrupta, sino el saber existir.

El ser humano no solo es animal, el ser humano inteligente es un yo puedo hacerlo, demostrando sus facultades cognoscitivas,  valorativas, espirituales, éticas, morales, estéticas para valorar y valorarnos como verdaderos seres humanos.

Este es el trabajo de todo ser humano, lograr su auto liberación con razonabilidad de su mundo, del mundo y de nuestra experiencia

La experiencia vivencial está en la función de saber pensar críticamente y conseguir que toda una sociedad busque desenvolverse con autonomía, con autovaloración, desde la razonabilidad de la experiencia; auto comprensión, para ser persona y hacer histórica, porque es el contexto donde se actúa creando y transformando; formando una verdadera persona y una sociedad real, educada y educadora.

Como seres humanos fuimos creados para actuar y no solo para vivir por vivir de retahíla, de discursos, de retórica, de falsa comunicación, de odio, engaño, falsedad, de hacer la mentira verdad, sino, como una actividad y actitud propia que investiga, lee contexto y descubre la forma real de actuar libremente en cada medio, no como humano solamente, sino como ser humano, sin tener que esconder la verdad, el conflicto, la crisis, pero sí enfrentando la exclusión, las diferencias, la violencia familia, el niño, el estudiante, el adulto, el pobre, el rico, la raza, el sexo.

Todo esto nos dice, el que, el que se da, que existe, pero el cómo hacerlo se queda en el decir, en el discurso, en la búsqueda del cambio que no se da, que nunca llega. Hay voluntad de querer hacerlo, pero la mentira, la ignorancia patrocinada por el sistema, es más poderosa. Todo se compra y se diluye en fraseología y ataque, pero si permite,  que siga reinando un clima envenenado por los medios y las redes sociales, donde los verdaderos corruptos hablan de corrupción

Nuestra sociedad necesita de un trabajo pedagógico para lograr un replanteamiento de lo público y lo social,  que se constituya en expresión política, no politiquería, de nuevas formas de organización personal, social, educadora para construir un verdadero proyecto de país, de un pueblo con características humanas.

La acción está cargada de ethos como actitud previa a toda actitud filosófica de saber pensar actuando con pedagogía política, que como conocimiento, tienen la capacidad de transformar al ser mismo en todo momento de su vida, es el motor de los comportamientos que llevan a una pedagogía social del sujeto en el conocimiento de sí mismo y de sus propósitos. Todo ser pensante es un funcionario de la humanidad, lo manifiesta Husserl.

El hombre pensante, autocrítico, se constituye en sí mismo, en la razón de ser de la filosofía de vida personal, social.                                                            

Hay que apropiarse y despertar el sentido de la curiosidad, la observación, la crítica, para salir del analfabetismo emocional, falta que conlleva al desorden, a vender la conciencia, que es vender el futuro de un pueblo, propiciando la violencia, la guerra, la pobreza, la ignorancia

Si una sociedad culta frecuenta, estos principios, puede evitar estos grandes males, haciéndola vital, en busca de una calidad de vida con igualdad de condiciones, de convivencia, porque su efecto es sobre la  vida social humana y de buen desempeño feliz, acorde con las necesidades sociales, familiares, institucionales y formadoras.

Ser uno mismo, es conocer a profundidad nuestros propios saberes, a tomar conciencia de las etapas de nuestra vida y de nuestra realización, para entender y comprender dónde asumimos compromisos, que permitan diferenciar cuando nos utilizan y cuando nuestras propias decisiones son el producto de ser uno mismo, de nuestras acciones sociales, políticas y religiosas.

Nos hace reconocer los defectos de la razón para corregirlos, a no dejarnos llevar por la inercia o de la ignorancia.

Es la lucha del ser creador, de su auto liberación a partir de la razón sobre el mundo de su experiencia, la experiencia vivencial como ser humano. Esta es la verdadera función de la filosofía y la pedagogía, lograr que la humanidad entera, se auto transforme y progrese desde su autonomía personal en la autovaloración desde la razonabilidad de la experiencia del ser integral, para crear una real humanidad, que reflexione críticamente ante lo egológico, lo altruista, lo dominante, lo inhumano.

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