Mentiras criminales

14 mayo 2022 5:22 pm

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Guillermo Salazar Jiménez

“No se puede vivir con la verdad en un mundo de mentirosos”, lo leyó  en el muro de paso a abordar el bus y mientras llegaba a su destino, Rusbel Caminante no dejó de pensar en las desoladas confesiones de los militares autores de los falsos positivos. Las mentiras con las cuales convencían a las víctimas fueron calculadas por mentes criminales comparables con las mentiras criminales de quiénes ejecutaron los jóvenes campesinos, obreros y estudiantes humildes; también con las mentiras criminales de los gobernantes y militares  que encubrieron tamaña crueldad.

Tres actores, escudados en su espurio poder, para asesinar a la juventud, expresó indignado Rusbel Caminante. Con mentiras idearon el atroz crimen de los “falsos positivos”, con mentiras se los llevaron y con mentiras defienden los criminales. “El que dice una mentira no sabe qué tarea ha asumido, porque estará obligado a inventar veinte más para sostener la certeza de esta primera”, declamó el poeta inglés Alexander Pope para indicarle al presidente Duque que las declaraciones divulgadas por los asesinos empantanaron de sangre su mandato. “Yo ejecuté, yo asesiné a familiares de los que están acá llevándolos con mentiras, con engaños…Hicimos un teatro para mostrar supuestos combates…” Lo dijo un cabo del ejército y poco valor tubo para el gobierno y los militares.

Fueron relatos de terror, dijo aquel amigo, pero se trató de algunos militares. Nunca, respondió Rusbel Caminante, fue una política de exterminio, basada en mentiras criminales para asesinar inocentes con la falacia del éxito de la “seguridad democrática”. Y mientras el gobierno continúa aplicándola, los colombianos no reaccionamos, quizás tantas mentiras criminales nos anestesiaron, aunque “Toda violación de la verdad no es solamente una especie de suicidio del embustero, sino una puñalada en la salud de la sociedad humana.”- Ralh Emerson -.

“A este joven lo sacamos con mentiras un día de la casa…y con engaños lo hicimos salir del pueblo de Ocaña para entregarlo al mayor Rivera para que procediera al asesinato…”, lo releyó angustiado Rusbel Caminante del sargento y pensó que por lo menos estos asesinos reconocieron sus actos, otras mentes criminales disimulan la verdad. “Es tan difícil decir la verdad como ocultarla”, escribió Baltasar Gracián y Rusbel Caminante agregó que resulta inhumano ocultar, con mentiras, tales criminales.

Después leyó del coronel que “Sus seres queridos que perdieron la vida en estos falsos combates nunca fueron combatientes, ni delincuentes, ni pertenecían a ninguna estructura criminal…” y se negó a aceptar la respuesta banal del presidente Duque: ““Es muy importante hacer la diferenciación de esas conductas individuales con lo que ha sido siempre el criterio institucional basado en el honor y el servicio”. Es decir, aquello de “las manzanas podridas”. Confundido pensó que ante tamaña infamia no hay olvido, porque esta historia de violencia oficial estará escrita con sangre de inocentes. Recordando aquellas mentiras criminales se dijo con Santiago Montobbio: “…No existe la muerte, no ha existido nunca. / Aunque bajo su amenaza haya vivido el hombre, /en su mentira, no existe la muerte, no existe”.

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