Por: Émerson Castaño Gonzalez
“Dadas las circunstancias acontecidas desde el 30 de marzo de 2022 donde se presenta informe negativo al plan de su gestión vigencia 2021, dando como resultado un ponderado de 2.98 que se traduce en una gestión insuficiente, lo cual quedó plasmado en el acuerdo 02 del 19 de abril del 2022 expedido por la junta directiva…”.
El alcalde de Quimbaya, Abelardo Castaño, le continua diciendo: “…solicito de la manera más cordial que se presente por su parte la carta de renuncia al cargo de gerente de la E.S.E hospital sagrado corazón de Jesús para evitar traumatismos en la presentación de los servicios de salud de los quimbayunos y poder continuar con las gestiones para la buena operación del hospital”. –Ver carta de solicitud de renuncia–.
Citando entonces el alcalde los malos resultados en la gestión del gerente del hospital de Quimbaya, le temblaba la mano porque si llegase a hablar el gerente de los secretos del alcalde, le enreda la vida al mandatario local. En el mismo documento de evolución, por ejemplo, es contundente y demuestra que en el año 2021 no se obtuvo resultados satisfactorios en la calidad en la atención en salud, entre otros resultados negativos que automáticamente lo dejan por fuera del cargo. El lector puede consultar en la red el documento completo –Ver evolución del gerente del hospital de Quimbaya–.
Julio Cesar Arias Álzate, gerente, leyó con detenimiento el comunicado de su amigo el alcalde, y después sonrió. Él sabía que simplemente se trataba de una forma o estrategia para disuadir un poco el malestar generado por el cierra del hospital de Quimbaya. Entre ambos saben que el contubernio no se puede romper. Luego, el mismo gerente aduce que el intento de sacarlo del hospital ha sido orquestado y presionado por algunos concejales. En una entrevista de Caracol Radio, el gerente habló fue maravillas de Abelardo y Roberto el gobernador. – https://caracol.com.co/emisora/2022/05/18/armenia/1652828393_759304.html–.
La estrategia mediática por parte del alcalde consistió también en haber disimulado una carta exigiéndole que dejara el cargo para enviar un mensaje tranquilidad a sus gobernados. Y le funcionó. El incendio se apagó. En diferentes reuniones privadas sólo se burlaban de los concejales y del resto de personas que salieron a protestar en contra del gerente. Mientras tanto el secretario de gobierno de la municipalidad, Juan Pablo Amariles, quien proviene del rancio liberalismo, amparado en sus funciones, no actúa como secretario de gobierno sino como candidato para reemplazar el fiasco del alcalde actual.
Juan Pablo Amariles, igual que su jefe el alcalde, saben lo que viene ocurriendo en el hospital de Quimbaya. Ellos conocen al detalle del desfalco a la salud. Pero ni el uno ni el otro se atreve a tocar a Julio Cesar Arias Álzate. Y en vez de denunciarlo, se construye una alianza para protegerlo. En contraprestación a ello, le estarían garantizando los votos al secretario de gobierno para ser elegido en las próximas elecciones como alcalde. Tiene la disponibilidad entonces el gerente de ampliar la planta de personal del hospital con el fin de generar contratos para algunos concejales. En esa tarea, se unió la secretaria de salud departamental.
Estamos entonces ante una complicidad generalizada que no permitirá que Julio Cesar Arias Álzate abandoné el cargo. Si eso llegase a ocurrir la destitución, lo negocios de corrupción se vienen al piso. Por ejemplo, el desangre del hospital se evidencia en la contratación de suministro de gasolina: para la vigencia –año 2021– se incrementó la compra de gasolina de manera desproporcionada comparada con el año 2020. De hecho, sin contar con explicaciones creíbles, la camioneta que utiliza el gerente para desplazarse en el 2020 consumió de gasolina 254 galones. Luego, en el 2021, fue de 315 galones. La funcionaria de control interno del centro de salud dice lo siguiente: “todos los recibos de gasolina deben de tener el kilometraje” y “el consumo de combustible de la camioneta se ha incrementado con respecto al año 2020” –Ver informe auditoria de combustible–.
No siendo suficiente el desastre que existe en el municipio de Quimbaya, con un gobierno local con resultados adversos, la clase política miserable pretende atornillarse en el poder camuflado en la persona de Juan Pablo Amariles.