Gilberto Zaraza Arcila
Por primera vez en más de 200 años los colombianos tenemos la oportunidad de cambiar la historia a través del voto, eligiendo a un presidente progresista, humanista y socialdemócrata, de origen popular, que ofrece una propuesta programática de cambio.
Históricamente, todos los presidentes de Colombia han sido de derecha y de las clases altas, que han gobernado para favorecer los intereses de la oligarquía y pauperizar a la inmensa mayoría de la población. Tenemos un país privilegiado por su ubicación y extensión, con costa en los dos océanos, fertilidad en sus tierras, todos los climas, riqueza de recursos naturales y la mayor biodiversidad. Pero ha sido pesimamente administrado. Seguimos siendo un país subdesarrollado, cuando deberíamos tener el mismo nivel de vida y desarrollo de los países europeos, que no cuentan con todas las ventajas que poseemos.
El cambio y las grandes trasformaciones políticas, económicas y sociales que el país requiere, solo serán posibles con el apoyo mayoritario en las urnas de los 22 millones de colombianos que han sido oprimidos y explotados por la clase dirigente egoísta; gracias al miedo, la ignorancia y el hambre.
Es el momento de cambiar el miedo por la esperanza. El pasado por el futuro. La muerte por la vida. La violencia por la paz. La exclusión por la inclusión. El esclavismo por la libertad. La corrupción por la transparencia. El autoritarismo por la democracia. La mentira por la verdad. El odio por el amor. El egoísmo por la solidaridad. La concentración del poder por el sistema de pesos y contrapesos. El constreñimiento electoral por el voto libre. El fraude electoral por el respeto a la decisión de los electores. La economía extractiva y especulativa por la productiva.
El cambio significa justicia pronta y cumplida en vez de impunidad. Extinción de dominio en vez de enriquecimiento ilícito. Salud y educación de calidad como un derecho y no como negocio. Acabar con los monopolios y oligopolios. Democratizar la propiedad de la tierra. Democratizar el crédito a bajas tasas de interés. Garantizar la comercialización de los productos agropecuarios a precios justos, eliminando intermediarios. Combatir la especulación con los precios. Suprimir el racismo y la violencia contra la mujer. Acabar con la desprotección de niños y adultos mayores.
Si queremos un país diferente que cierre las brechas de la desigualdad, con justicia social y oportunidades para todos, con paz y seguridad. Si deseamos un país democrático con un gobierno del pueblo, con el pueblo y para el pueblo, donde haya un Estado de bienestar como el de los países del norte de Europa; tenemos que salir a votar masivamente sin miedo por el cambio, el próximo domingo 29 de mayo, y vigilar las votaciones y los escrutinios para impedir un nuevo fraude electoral, como el de hace 4 años.
Petro presidente, porque el cambio es en primera vuelta, para ahorrarle al gobierno $600.000 millones que cuesta la segunda vuelta. Además, porque en la segunda vuelta todos se unen contra Petro, para elegir a Fico, que es reelegir, el Estado narco paramilitar, a Duque, al dictador Uribe que completará 24 años en el poder. Es reelegir la continuidad del régimen de corrupción e impunidad. El régimen de componendas y complicidades. Es seguir en el horror de la guerra, de las masacres y el asesinato sistemático de líderes sociales. Es continuar aumentando el desplazamiento forzado, el hambre y la miseria, el desempleo, la desigualdad, la concentración de la riqueza y la injusticia social.
No podemos perder esta oportunidad de restablecer la democracia, las libertades y los derechos constitucionales, para vivir sabroso. Repetir los errores y la insensatez cometidos en el plebiscito por la paz y la consulta anticorrupción, al votar por el no, inducidos por el miedo, el engaño y las mentiras es imperdonable, es estolidez y masoquismo.