Aldemar Giraldo Hoyos
Esta semana los “cuatro mosqueteros”: Petrañán, Porthdolfo, Aramifico y Athardo no están en la plaza pública; sus gritos, insultos, vituperios, acusaciones, recusaciones, promesas, madrazos, tensiones, mentiras y teorías macabras se darán en espacios cerrados, menos mal. Una campaña electoral turbulenta, llena de dudas y con participación activa del presidente y su alfil, Zapateiro, entra en su recta final, momento propicio para la recomposición y los últimos ajustes; pero, no nos hagamos muchas ilusiones, lo que se iba a hacer ya se hizo y esta no es semana de milagros; no es verdad que los indecisos sean claves en la recta final de la campaña.
Afortunados nosotros que no tenemos que soportar más esos discursos baratos, esas retahílas de insultos, esas ristras sin fondo o esas argumentaciones pueriles y desafortunadas; esas frases adornadas de ignorancia y esos circunloquios evasivos que hacen predecir el mal manejo de nuestro país; el 75% de los candidatos dejó la propuesta de gobierno para la última hora, cogieron cansados a los electores. Se les ha ido el tiempo en acusar y protestar y olvidaron que estaban en campaña electoral.
Cada día es más polarizado el ambiente y se reviven situaciones que creíamos superadas: desconfianza electoral, amenazas, repunte de la violencia en muchos lugares de Colombia y una incertidumbre preocupante. Hay palabras que van a quedar en el imaginario de los colombianos, remasterizadas en esta contienda política, pero de dudoso uso: “comunista”, “expropiación”, “inseguridad”, “cambio”, “revancha”,” fraude”, “magnicidio”, “transparencia”. Ojo, señores candidatos, la lengua de Cervantes es una herramienta de comunicación, no, un instrumento de confusión.
Creo importante recordar que una encuesta es “una fotografía”, en un momento dado, no una premonición; es demasiado peligroso sobreestimarlas, pues es imposible saber, a ciencia cierta, lo que piensa toda la gente; a propósito, en las encuestas que publican periódicamente se hace caso omiso, generalmente, de la población rural o de provincias alejadas; es oportuno saber que el 26% de la población colombiana vive en el campo (13.4 millones).; ojo con la realidad para no tener sorpresas malas. Insisto, las encuestas son herramientas para conocer la opinión ciudadana, pero también pueden convertirse en artilugios de manipulación masiva, por ejemplo, para hacer propaganda, fortalecer o erosionar determinada propuesta política.
Los “Mosqueteros” se despidieron de la Plaza Pública y cerraron sus campañas con mensajes de triunfo y esperanzadores; ahora afrontan el último tramo con sus seguidores y se la jugarán en los debates televisivos previstos. Que Alá los acompañe para que no metan mucho la pata. Como decía mi abuela: “Quien vota a los corruptos es tan responsable como ellos”.