Por Guillermo Calvo Mahé
La objetividad informada es la herramienta más importante en la toma de decisiones, si se aspira que las decisiones den buenos resultados. Eso es axiomático, pero eso poco objetivamente parece funcionar en campañas electorales, no solo en Colombia, sino por todo el mundo. Y eso nos enfrenta este 19 de junio,
El candidato presidencial Gustavo Francisco Petro Urrego conoce en forma muy personal que injusto y difícil es vivir bajo el constante bombardeo de calumnias, distorsiones y mentiras. Por eso él ha dado instrucciones a sus adherentes que, durante estas semanas finales de la campaña presidencial del 2022, deben enfocarse en compartir los objetivos gubernamentales, sociales y económicos de la campaña del Pacto Histórico en vez de en atacar a su contendiente. Lastimosamente, esa instrucción pocos han seguido.
Hay una excepción a esa instrucción y esa parece ser totalmente razonable. Trata con exigirle al candidato Hernández que participé en debates con su contendiente ya que es esencial que el pueblo colombiano conozca por quiénes van a votar para una época que, al parecer, será sumamente difícil. Una época donde nos espera la inflación y probablemente una recesión económica tenaz a nivel mundial. Una recesión a causa de las medidas no bien pensadas con respecto a la pandemia del Covid 19 y, aún peor, por las sanciones económicas que se imponen desde los Estados Unidos y sus aliados a diversos países. Y, claro, obviamente, el ganador deberá enfrentar a los problemas endémicos que tanto impactan a nuestra patria, problemas como la corrupción, la impunidad, la desigualdad, la inequidad, la injusticia, los conflictos armados y la enorme brecha entre nuestros más adinerados y el resto de nuestro pueblo, una de las brechas más enormes en todo el mundo.
De Gustavo Francisco Petro Urrego, por bien o por mal, mucho se conoce, aunque las distorsiones a las cuales ha sido sujeto dejan una impresión muy equivocada que genera enormes dudas y peor, temor en muchos de nuestros hermanos colombianos. Pero hay suficiente información para que un elector objetivo pueda investigar y separar la ficción de la realidad. Por ejemplo, su desempeño como alcalde de Bogota bajo muy difíciles condiciones impuestas por el Ministerio Público y el Consejo de esa ciudad, fue, a nivel internacional basado en análisis objetivo, calificado como el mejor alcalde de nuestro continente y el sexto mejor alcalde del mundo. También, aunque fue insurgente con el M-19, nunca fue guerrillero. Sus funciones trataban con organización urbana y negociación de la paz. Jamás mató o atracó.
Del Ingeniero Rodolfo Hernández Suarez poco se sabe, y, al parecer, la estrategia de su campaña, como la estrategia del actual presidente estadounidense, Joe Biden, es de mantener ese desconocimiento y esa ambigüedad, no obstante, serias acusaciones de corrupción, de misoginia, de megalomanía, de falta de respeto por las leyes, de admiración por un dictador genocida, y, de desprecio por funcionarios públicos. Como en el caso del candidato Petro, esas acusaciones y rumores podrían ser meramente calumnias, exageraciones hiperbólicas y malentendidos, pero antes de votar en su favor, se deben investigar en forma objetiva, y si la información necesaria para determinar si tienen o no validez no se comparte, pues eso también dice algo. Mejor votar en blanco si el candidato Petro no es aceptable.
Por su larga trayectoria con el público colombiano, el Señor Petro tiene mucha gente que lo adora y muchos otros que lo desprecian y temen. La misma polarización se está generando alrededor del Ingeniero Hernández. Seria, creo yo, un enorme error, tomar decisiones electorales sobre por quién votar con base en el temor (como suele ocurrir en tantas partes del mundo y también aquí en Colombia) en vez de tomando en cuenta la trayectoria histórica de los candidatos y los detalles específicos de cómo intentan gobernar, recordando siempre que promesas, a lo mejor solo son aspiraciones, y que en Colombia, el presidente no es un dictador y por lo tanto, que su plan de gobierno, en la realidad, tiene que ser modificado de acuerdo a las decisiones del Congreso y de la Judicatura. Al respecto, se debe reconocer también que el Pacto Histórico que apoya al candidato Petro solo tiene el apoyo de más o menos la tercera parte del Congreso, y que el Candidato Hernández, solo tiene el apoyo de un solo Congresista. Entonces, si el candidato Hernández no facilita información esencial para evaluarlo en forma objetiva, se sugiere que por lo menos se visite la página sobre él que se encuentra en Wikipedia, no una fuente académica y demasiadamente fácil de manipular, pero útil cuando no hay más. Se encuentra en https://es.wikipedia.org/wiki/Rodolfo_Hern%C3%A1ndez_Su%C3%A1rez#Alcalde_de_Bucaramanga.
Aspiremos que eso no sea necesario y que el candidato Hernández participe en debates con el candidato Petro para facilitar la mejor decisión posible, pero, el tiempo corre y a nadie espera.
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© Guillermo Calvo Mahé; Manizales, 2022; todos derechos reservados. Permiso para compartir con atribución.
Guillermo Calvo Mahé es escritor, comentarista y analista político, y, académico residente en la República de Colombia. Aspira ser poeta y a veces se lo cree. Hasta el 2017 coordinaba los programas de Ciencia Política, Gobierno y Relaciones Internacionales de la Universidad Autónoma de Manizales. Tiene títulos académicos en ciencias políticas, derecho, estudios jurídicos internacionales y estudios de lingüística y traducción. Puede ser contactado en [email protected] y gran parte de su escritura está disponible a través de su blog en https://guillermocalvo.com/.