Por Alexander Cardona
Ser profetas del pasado es mucho más fácil que imaginarse un futuro, solo la mente estratégica tiene la capacidad de proyectarlo y ejecutarlo. En una campaña política pocos pueden entender lo que va sucediendo, mientras los acontecimientos pasan y pasan, sin explicación alguna.
Personalmente, debo afirmar que no fue una sorpresa que pasará a la segunda vuelta el ingeniero Rodolfo Hernández, lo comenté antes de la contienda del 29 de mayo con mi círculo más cercano, pues he visto que la campaña se ha ido desarrollando en una sucesión de etapas, que permitían predecirlo, las cuales llevaron a cambiar la percepción del más ácido político anti establecimiento y convertirlo en un político tradicional más, que al final se vio enfrentado a un supuesto outsider, con todas las ventajas que ello conlleva.
En esta sucesión de acontecimientos, se desarrollaron situaciones que permitieron objetivos estratégicos de la campaña, primero se consolidó un equipo que podía moverse de forma coordinada, después se eliminaron todos los candidatos superfluos, carga extra dirán otros y por último el evento más interesante, pues se logró enfrentar a un muy reconocido Gustavo Petro, siempre percibido como anti establecimiento, contra alguien que saltó sorpresivamente a la escena política nacional, algo así como un OutSider, dejando un gran logro en percepción política y es que, el antes anti establecimiento se convirtió en “Político Tradicional” ante los ojos de los electores, quedando este (el OutSider) como la nueva opción que le daría frescura a la política nacional, creo que aún sus seguidores orgánicos no se reponen de esta sorpresa.
Siempre he considerado que los fenómenos políticos no existen, sino que los mismos son creados a través de una estructura estratégica, planeada, ejecutada, evaluada y realimentada, a través del desarrollo de acciones tácticas, con alto nivel de coordinación, y el caso de Rodolfo Hernández, no es la excepción. La estrategia se desarrolló en tres etapas, cada una de ellas qué derivó en diversas unidades tácticas que afectaron los resultados electorales de forma coordinada.
En una primera etapa, el centro democrático consolidó sus filas a través de procesos internos, resultado ungido por dichos procesos Oscar Iván Zuluaga, el 21 de noviembre del 2021, pero él solo iba a hacer una ficha de cambio en esta nueva etapa de la política colombiana, pues había que convencer a esta organización de que no se tenía la suficiente fuerza para asumir el liderazgo electoral, con candidato propio, pero si con la participación de otros actores políticos, con esto se le bajaba intensidad a otras candidaturas, como la de María Fernanda Cabal, que a regañadientes, tuvo que acoplarse al proceso.
Entonces el 14 de marzo 2022, después de hacer mucho el ridículo en el tik tok con sus tenis rojos, renuncia Óscar Iván e inicia la segunda etapa del proceso.
Un nuevo actor se integra a la escena, con una tarea muy específica, absorber el antiuribismo y el anti duquísimo, acción bien complicada, pues existía evidencia de que el mayor riesgo para ellos era enfrentar a Gustavo Petro, con alguien que oliera a Uribe, así las cosas cualquier uribista que se enfrentará a Petro perdería en segunda vuelta, ya lo habían indicado todos los estudios que a esa época estaba disponibles. Está difícil tarea fue desarrollada, conscientemente o no, por Federico Gutiérrez, quién con absoluta eficiencia limpio el proceso electoral, del halo de continuidad, seguramente él sabía para donde iba todo, quizás los casi 30 mil millones de pesos de reposición de votos lo animaron a esta infausta tarea, lanzarse y saber que era para perder.
En ese momento, quizás faltando una semana para la primera vuelta, entra en el escenario una figura inesperada, un viejo amigo de la casa, una figura con talante autoritario y con una causa muy atractiva, quitarles la chequera a los corruptos y acabar con la robadera, entra en el juego el ingeniero Rodolfo, antiguo socio de los hijos de Uribe y Partner político el viejo patriarca, en otras palabras, su candidato a la alcaldía de Bucaramanga en 2015.
En este punto entra en ejecución la tercera etapa, fichas estratégicas del centro democrático son movidas en el tablero, se imparten órdenes tácticas de todas las regiones del país y se mueven en favor del ingeniero Rodolfo, hasta ese día llegó la campaña de Fico, y en un movimiento muy sorpresivo, que nadie esperaba pasa a la segunda vuelta al que llaman “el Viejito”, generando la inversión de la carga del establecimiento, poniéndola en los hombros de Gustavo Petro, pues la entrada de este, hacia ver a Petro cómo otro político tradicional.
A hoy 13 de junio, en las diversas encuestas existe un empate técnico, las campañas andan desarrollando acciones contrarias, en una carrera contra el tiempo, por un lado la campaña de Petro, tratara de mostrar el verdadero sustrato de Rodolfo Hernández, qué de todos ya es conocida una parte, pues se sabe está imputado por la fiscalía y llamado a juicio por corrupción, pero aún falta mucho más por conocer de él, y conforme pasa el tiempo, esta información se difunde, en una carrera entre redes sociales y medios de comunicación convencionales. Por otro lado, en la campaña de Hernández, entendiendo las limitaciones del candidato, y tratan de restringir al máximo su participación pública, tanto en los debates electorales cómo en cualquier otro tipo interacción con el público, pues el juego de dicha campaña es tratar de que las acciones proselitistas se detengan al máximo para evitar la caída en la favorabilidad de su candidato.
En mucho tiempo no había sucedido un proceso como el actual, de importante confrontación estratégica, pero esta situación deriva en polarización de la nación y hace que no importando quien sea el presidente electo, le sea muy difícil el escenario para gobernar.