La mejor maestra de la vida es la experiencia vivencial

6 julio 2022 5:12 pm

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Juan Fernández Cerón

Para una formación social basada en la evidencia ¿qué pedagogías funcionan?

Cuando vamos a consulta médica, siempre se espera que los medicamentos sean eficaces y nos curen. Cuando el niño va a la escuela, también espera recuperar su ignorancia, si esto no se logra todo resultado es fracaso, no se aprende porque

falta aprehender, desaprender y reaprender investigando, porque no se han desarrollado las herramientas y elementos aplicables en cada situación del paciente y no están fundamentados pedagógicamente desde el actuar evidente.

Aplicar metodologías sin proceso pedagógico, llevan al fracaso, impiden un buen aprendizaje e invita a la deserción, esto no es fácil, se necesita estar investigando, practicando, innovando e interrogando desde la necesidad presente, de su medio de convivencia social y ambiental, pero estas circunstancias, a veces, se ignoran en la formación de las personas, profesiones y de maestros en cuanto a lo pedagógico y lo investigativo, que sean serios, rigurosos desde la experiencia con investigación crítica que ofrezca aplicación de estrategias con pruebas evidentes, formación rigurosa que se debe implantar en toda  formación de seres humanos.

Para mejorar la vida social pedagógica, se necesita identificar la realidad. Vivimos en un país corrupto, donde patrocinar la ignorancia, la corrupción es un negocio necesario, que como enfoque general hay que cambiar, para  que toda persona se integre en una sociedad humana, cultural y científica.

Esto implica formar conciencia social, profesional y personal para destruir  la falsa realidad de nuestra historia, patrocinada por las clases dominantes, mediante la falsedad, el engaño y se construya desde la evidencia real, nuestra verdadera historia, que contribuya a concientizar para comprender sus situaciones de crisis.

El ser educado, no lo representa solo el diploma otorgado o comprado como lo hacen conocer lo medios.

Como personas conscientes, con espíritu crítico, no podemos permanecer al margen de los conflictos sociales, hoy disfrazados por los medios. Estar al margen o el desinterés, es fomentar la ignorancia que patrocina el sistema.

Si la escuela, la familia, la sociedad, las instituciones gubernamentales, forman y patrocinan el sentido crítico creativo, los conflictos desaparecen con el actuar real y la exploración social para conocer la realidad.

Un pueblo se concientiza desde su propia situación, apropiándose de lo intelectual y cultural, por eso es necesaria la participación colectiva para producir conocimiento y comportamiento.

Reconocer y analizar los conflictos latentes y emergentes de las complejas sociedades actuales, sus  metas y dificultades, sus cambios y retos más importantes que contextualizan la actividad socio-política del ciudadano, se necesita manifestar una actitud crítica ante todo intento de justificación de las desigualdades sociales o situaciones de discriminación.
Es comprobar el grado de comprensión de los problemas más relevantes de la sociedad actual

Ser social consciente, nos hace conocer y reflexionar con las características específicas de lo humano, como una realidad compleja, abierta de múltiples expresiones y posibilidades, profundizando en la dialéctica sobre la naturaleza, la cultura, el individuo y el ser social, que constituyen a la persona, para consolidar y reforzar la capacidad de comprender, expresar de forma crítica, reflexiva las aportaciones más importantes del pensamiento, huyendo de la  sociedad racional, de la reproducción acrítica, la improvisación y superficialidad, contrarias al procesamiento crítico, creativo, activo, reflexivo.

Se relacionen nuevos procesos de convivencia entre sí, con ámbitos de experiencia, expresando de forma clara, coherente el resultado del trabajo realizado y sus progresos de comprensión, de reflexión.

Comprender y valorar las ideas filosóficas, sociológicas, científicas que  han contribuido, en distintos momentos históricos a definir la categoría de ciudadano y ciudadana, desde la antigüedad hasta la ciudadanía global del mundo contemporáneo, haciendo especial énfasis en la ilustración y en la fundamentación de los Derechos Humanos.

Se trata de autoevaluar, si se ha comprendido la categoría de ciudadano y ciudadana, como tarea histórica inacabada y su fundamentación ético-moral-social, así como la importancia de reconocer y practicar las virtudes cívicas que posibilitan una convivencia democrática en el marco universal de los Derechos Humanos.

Valorar el diálogo como forma de aproximación colectiva a la verdad real, como proceso interno de construcción de aprendizajes creativos, reconociendo, practicando sus valores intrínsecos como el respeto mutuo, la sinceridad, la tolerancia, en definitiva, los valores democráticos para comprobar el grado de comprensión e interiorización de su sentido  y de las condiciones necesarias para su desarrollo, su ejecución, su realización en la experiencia realizada.

Es identificar la capacidad de comprender e integrar las diversas dimensiones del ser humano, incidiendo en la importancia de la construcción social y valorando las concepciones filosóficas del ser humano en su vigencia actual.

En esta parte del observar y reflexionar sobre la realidad y los procesos  de un actuar social, es necesario investigar la realidad, analizar su estructura y coyuntura de una sociedad concreta, es el acto de creación, de tomar conciencia, guía de acción, de  investigación.

Un ser humano, una comunidad de calidad, sujetos de su propia situación, de lo intelectual y cultural, necesita de la participación colectiva para llegar a la producción de conocimiento y de ser personas valiosas.

En nuestra situación concreta, donde se violan todos los derechos del ser humano, nos obliga a transformar lo que se está haciendo. La historia nos demuestra que  todos pasamos por la escuela, pero ni la escuela y menos nuestra sociedad funcionan por sus resultados, porque funciona para aparentar una alfabetización que no es estructurada desde la realidad que se vive, pero si siguiendo al pie de la letra otras dimensiones

La formación se ha convertido en artículo de consumo, donde interesa el certificado de bachiller o profesional para compartir la misma sociedad de consumo y quienes no lo logran, entran a engordar el montón de dóciles y serviles autómatas.

Este amaestramiento y domesticación, es la razón de sentirnos subdesarrollados, copiadores de conocimiento y comportamiento por el miedo a ser, producto de la dependencia intelectual, moral, ética, social, política, religiosa. Si continuamos con este servilismo, la miseria debilitarán el porvenir de los pueblos a través de la guerra, la violencia, la corrupción social que son del producto de la interdependencia

Se olvidó de la formación de los seres humanos, se niegan a abrir espacios donde los genios en potencia exploten por sus propios gustos e inclinaciones y puedan emerger, cultivarse amorosamente, crecer libremente y generarse como dueños de su propio destino, capaces de trasmitir, dar  calidad de vida, paz, convivencia y conocimiento, como la tuvieron los grandes maestros y genios, este es el cultivo que hay que abonar desde nuestra experiencia, donde los límites de su lenguaje se constituyan en los límites de su mundo, para que su mundo sea su mundo, lo revele en el hecho de que el lenguaje que sólo él comprende, se constituya en los límites de su propio mundo para entrar a actuar

Edgar Ford quien generó la idea de ciudad educadora dice: “No pueden haber buenas escuelas en malas ciudades”, donde mala ciudad es: el irrespeto, la corrupción social, política, educativa, la irresponsabilidad, la infraconcienica. En estos antivalores continuamos igual o peor que antes, donde muchos están satisfechos por la represión que implantan, por la cantidad de reformas, se accede y se admite la irresponsabilidad, el peculado, no solo por el robo de dinero, sino por el engaño y el robo dedicado a cosas diferentes. La violencia y la corrupción han ganado terreno y se la sigue patrocinando.

Como seres humanos demostramos el espíritu crítico y creativo para dar prueba de sí mismo y poder comprender la realidad desde el actuar buscando cambios que necesita toda comunidad en vía de progreso, conociendo, respetando, valorando la naturaleza de las acciones humanas en tanto que libres, responsables y transformadoras.
Con este criterio se trata de comprobar la capacidad para comprender el sentido de la razón práctica, de la experiencia y la necesidad de la libertad para realizar acciones, asumir compromisos éticos-científicos-humanos, tanto en el ámbito personal como social, reflexionando especialmente sobre la búsqueda de la felicidad, la justicia,  la universalidad de los valores en la sociedad actual.

La degradación ético-moral de ser persona y ser social, va en ascenso, corrompiendo, acabando con la convivencia, la paz, la tranquilidad de una comunidad

Una sociedad consciente de sí misma, no patrocina la violencia, el sectarismo, la ignorancia, el interés. La paz y la convivencia no se conseguirán, si nos olvidamos de ser seres humanos con calidad humana, que con la construcción colectiva, de confianza en nosotros mismos, se llegará a una sociedad confiable, sin intereses personales y progresista.

El amor a algo se logra a través de la experiencia vivida, pasando por los obstáculos, para contribuir a una convivencia real, sana, en cada medio donde se actúa.

La mejor maestra de la vida, es la experiencia vivencial, es crítica, dolorosa, produce sacrificio, pero es necesaria, fundamental.

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