Aldemar Giraldo Hoyos
Después de escuchar la actitud contestataria y negacionista de Iván Duque no me quedó otra opción: hacer catarsis en esta columna.
El negacionismo “es la elección de negar la realidad para evadir una verdad incómoda” (Maslin: 2009). En este contexto, la sociedad moderna suele aplicar esta actitud de manera cotidiana, alejándose de las situaciones de crisis lo más posible. Según Feierstein (2022), “este negacionismo tiene que ver con una estructura ideológica, es una forma de pensamiento, una construcción de la realidad que se puede montar en mecanismos de defensa, en pactos denegativos, pero no es ni un mecanismo de defensa ni un pacto denegativo, sino toda una estructura de comprensión de la realidad que implica un modo de legitimación de determinadas prácticas sociales”.
Las representaciones negacionistas están constituidas, casi todas, por cuatro procedimientos:
- Minimización o relativización de la realidad (la realidad no es tan grave como la dicen): “no son las víctimas que dicen, son menos”.
- Falsas equivalencias: “bueno, esto no es tan grave, porque, fíjate que a esto otro no le dimos tanta importancia y tampoco es grave”.
- La sobresimplificación:” en la guerra pasan estas cosas”.
- Construcción de teorías negativas o teorías conspirativas: “es que las manifestaciones siempre son infiltradas por la guerrilla”.
Un negacionista es muy peligroso, máxime, si ostenta el poder; es importante recordar frases y comportamientos en los cuales nuestro presidente hace alarde de sabiduría eclipsada con ignorancia y desfachatez mentirosa:
¿Cómo va la política con Venezuela? “Ha sido un éxito”
¿Qué opina de la inseguridad? “Cuál inseguridad?”
Durante el paro se negó, reiteradamente, a reconocer el problema que había generado Carrasquilla, pero le aceptó la renuncia y lo nombró codirector del Banco de la República.
No asistió a la entrega del Informe de la Comisión de la Verdad (negacionismo y desprecio por las víctimas).
Su discurso durante la apertura de las sesiones ordinarias del Congreso, el 20 de julio, constituye una verdadera negación de la realidad que vivían las mayorías nacionales con motivo de la pandemia (una realidad alterna); cualquier persona, al escucharlo, caía en la cuenta de que se refería a un país diferente a Colombia.
Declaración ante los periodistas: “El gobierno ha sido respetuoso de la protesta social pacífica, la Fuerza Pública tiene altos estándares de protección de los derechos humanos; las instituciones democráticas funcionan bien”.
“No estoy de acuerdo con el conjunto de hechos violentos denunciados por el Informe de la CIDH”.
La negación de las causas estructurales que están en la base del profundo descontento social y político de las mayorías en el país.
Pero, la “Joya de la Corona” es la siguiente: en entrevista con Caracol, hace unos días: “En este país del Sagrado Corazón de Jesús no pasaría nada malo si no existiera la pandemia del Covid-19, Maduro, el ELN, las disidencias de las FARC, Cuba y los castrochavistas venezolanos y colombianos” (estas son las causas de todos nuestros males). Niega, de lleno, la alianza de políticos con las mafias que secuestran el Estado para legislar a su gusto, la creación de grupos paramilitares, el Sistema de salud que enriquece a los dueños de las E.P.S. y deja morir al pueblo; el sistema bancario que se enriquece a costa del pueblo; el Sistema Económico que empobrece a los campesinos y productores nacionales para enriquecer a una élite minoritaria, etc., etc. Su negacionismo responsabiliza a otros de lo que nos pasa.
El problema es que este negacionismo, según Verónica Giordano, “crece de la mano de los gobiernos de derecha, que desconocen la existencia de conflictos y enarbolan el discurso del consenso para excluir a sus contendores”. Hay nombres sobresalientes: Bolsonaro, Macri, Gómez Centurión, Darío Acevedo y, por supuesto, Iván Duque Márquez; dando un salto a América del Norte, Trump se gana la medalla de oro al negacionismo del siglo. Como decía mi abuela: “El pasado se niega en función del presente y con la intención de perpetuarlo”.