Por Álvaro Ayala Tamayo
La gente que votó el pasado 19 de junio por el ingeniero Rodolfo Hernández, no fue por estar convencida de su programa. Lo hizo contra el doctor Gustavo Petro. Quienes no querían el ascenso a los altares de La Casa de Nariño del jefe del Pacto Histórico, se fueron con el pintoresco santandereano que luchó hasta último minuto. Los más de 10 millones y medio de votos que obtuvo el ingeniero son el bocado de cardenal que algunos ven de cara al 2026. Zorros políticos no quieren participar de este acuerdo nacional porque ven más posibilidades en las siguientes elecciones. El problema, para ellos, es que, si Petro hace buen gobierno, naturalmente va a querer prolongar su obra con: El que diga Petro. Y si hace un gobierno regular dirá que necesita más tiempo porque le entregaron un país desbaratado. El presidente electo no modificará el articulito para reelegirse, pero tendrá su candidato. Si lo hizo Uribe reeligiéndose, poniendo a Santos y Duque, ¿por qué no, El Pacto Histórico?
Por muy bueno que sea, 4 años no son suficientes y habrá necesidad de algunos cuatrienios más, dirá el doctor Petro Urrego. Todas esas mañas las enseñó Uribe y se las tendrá que tragar el Centro Democrático. Les aplicarán su receta para que coman de su propio cocinado. El doctor Gustavo Petro ya demostró que no es ingenuo. El cargo se lo va a entregar a un alfil que le muestre lealtad y finura.
Sin mayorías y con los procesos judiciales que no lo dejan dormir, al expresidente Uribe le tocó sentarse con el presidente electo. No tiene otra salida y es para que le den pacito. Eso no le garantiza solucionar los asuntos penales porque sus trámites andan en la Corte Suprema de Justicia. Por ahora le seguirán endulzando el tinto con sal.
Como el tiempo pasa ligero, desde ya, perros de presa olfatean y le coquetean al ingeniero para apoderarse de las banderas opositoras. Aunque sus asesores digan que el rodolfismo llegó para quedarse, esos votos no son del ilustre personaje. Novato en asuntos políticos, tendrá que regresar al frasco el genio que le ayudó a obtener la caudalosa votación. La fábula cuenta que cuando se abre la tapa ese genio nunca vuelve. Aceptó el cargo como Senador, allí tendrá que meter su brazo en el guante para enfrentar los halcones que hace rato vuelan por la azotea del Capitolio Nacional. No ganó, tampoco resultó quemado.
En política no hay muertos, es dinámica y muta. Miren al expresidente César Gaviria, se subió al tren de la victoria. Igualmente lo hicieron el expresidente Álvaro Uribe y el presidente electo, Gustavo Petro. Ya es hora de que dejen de pelear y unan fuerzas para traer paz y prosperidad. Que jartera verlos todos los días reyertando como gallos con espuelas. Los problemas externos son muy graves y están fuera de control.
Lo que viene en combustibles, recesión, inflación, cadena de suministro, invasión rusa a Ucrania, cambio climático y fortalecimiento del dólar, es como para poner un mago de ministro de hacienda y no un economista. Deben seguir el ejemplo de los empresarios que son quienes jalonan el trabajo con la clase obrera. Colaborar con quien gane sin importar su ideología política. No se trata de que los industriales se acomodaron. Sucede que el país es uno y por ese hay que luchar. Todos tenemos nuestro corazón inclinado hacia un candidato a la hora de votar, pero terminadas las elecciones, palpitamos al unísono por la patria, el activo mayor al lado de nuestras familias. Gústenos o no, hay que hacer fuerza para que al presidente Petro y a la vicepresidenta Francia, les vaya bien. La buena salud de su gobierno es el mejor remedio para la nación. Quien esté aburrido con la victoria del Pacto Histórico, haga terapia para que le mejore el ánimo. Para un gobierno 4 años son pocos y para una persona muchos con la tristeza alborotada.
Ya no es sólo la economía. Es también el cambio climático. ¿Alguien en Colombia recuerda una temporada de lluvias tan larga y fría cómo la qué estamos viviendo? Y cuando venga el verano será áspero y virulento. Sigan tumbando monte y selva para sembrar coca, marihuana y pasto. Sigan comprando carros para contaminar el aire. Sigan envasando todo en plásticos. Sigan prendiendo plantas de carbón. Sigan construyendo en las orillas de los ríos. Sigan desviando los cauces de los ríos para montar hidroeléctricas. Sigan viajando en avión, la industria más contaminadora del planeta. No hemos entendido que el aire lo elegimos como si fuera la alcantarilla de los combustibles fósiles.
Ciudadanos…los conos polares se están derritiendo y pronto inundarán ciudades como Barranquilla y Cartagena. Viene el apocalipsis y nosotros debatiendo por ser de izquierda, derecha o centro.