Correr dentro de una rueda

14 julio 2022 2:18 pm

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Por Sebastián Ramírez

El calendario del fútbol está cada vez más apretado a nivel mundial. Todos los días hay una oferta de muchísimos partidos para ver en televisión. Esto, para los consumidores podría a ser, a priori, una buena noticia, la lógica de consumo que cada vez impera más, estimula que haya una oferta amplia y diversa de la cual escoger. Sin embargo, en el largo plazo la calidad del espectáculo se ve empobrecida cuando los jugadores cansados no pueden competir al mismo nivel.

Vimos la queja de Hernán Torres, director técnico de Deportes Tolima, al respecto, se refirió a la ausencia de tiempo para descanso y recuperación del grupo: de la final durísima contra Atlético Nacional pasó a jugar dos partidos contra el Flamengo e, inmediatamente después, a comenzar el segundo tornero del año en Colombia. Algo parecido pasó con Atlético Nacional que, aunque le dio descanso a su plantilla principal en el primer partido del campeonato, esta semana fue goleado por Atlético Junior en Barranquilla, en la cancha se notó que los jugadores todavía no estaban del todo recuperados del esfuerzo de la temporada frenética que acaba de finalizar.

En esa locura de la cotidianidad está envuelta la mayoría de la población. El afán del día a día no deja desayunar como corresponde, meditar o abrazar a los seres queridos. La lógica económica de nuestra época dice que el tiempo debe ser aprovechado en producir, con algunas licencias para consumir, en la medida de las capacidades que la fase de producción le ha generado a cada uno. Finalmente terminamos como hámsteres en una rueda, corriendo a toda velocidad, desgastándonos, pero sin llegar a ninguna parte. Y es que ahí está la contradicción fundamental de la cuestión, las carreras tienen una meta, pero esta carrera en que nos ha metido la lógica de la producción-consumo no termina nunca, no hay un objetivo que se pueda conseguir para después descansar.

Nacional acaba de ser campeón, pero eso no importa, a lo sumo aquella conquista le representó unos minutos de frenesí y después unas horas de tranquilidad, pasado dicho tiempo, de nuevo a la rueda y a correr. Sin importar el resultado de este torneo, en enero será igual, de nuevo a competir y a romperse el alma por conseguir algún logro efímero.

A veces menos, es más, y tal vez convenga detenerse a reflexionar, pensar que es importante en la vida y en que se están invirtiendo lo esfuerzos. En el mundo del fútbol, menos partidos podrían terminar beneficiado el desarrollo mismo del deporte y garantizar el bienestar de sus participantes.

Twitter: @sebasramirez85

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