Mg. Christian Ríos M.
Politólogo Internacionalista de la Universidad Militar Nueva Granada.
Para las fuerzas Militares en este nuevo periodo presidencial -a pesar de la incertidumbre con el actual gobierno debido a su procedencia guerrillera- se espera un apoyo irrestricto con respecto a la misión institucional, se ponen sobre la mesa varios retos en los que la cartera de defensa debe ocuparse de forma prioritaria. El apoyo debe de trascender el ámbito militar de forma exclusiva respaldando el cumplimiento de la misión a las instituciones que son garantes de la democracia y que en la posesión del pasado 7 de agosto demostraron su respeto al mandato popular; el incremento de la moral, la seguridad jurídica y el bienestar del soldado (seguridad social y humana) son temas fundamentales para la consecución de los objetivos y el cumplimiento misional que se proponga el nuevo mandatario.
Hoy por hoy los ejércitos del mundo merecen especial atención al mejoramiento de sus prestaciones sociales; a la calidad de vida de sus soldados a través de su vivienda militar; atención oportuna en un sistema de salud que privilegie no solo al uniformado, sino a sus familias; becas de estudio para facilitar el proceso de transición de la vida militar a la vida civil, y estas obviamente con extensión de beneficios a sus hijos.
Otro aspecto de gran relevancia a tener en cuenta y que los últimos mandatarios han pasado por alto es el fortalecimiento de la justicia penal militar. La seguridad jurídica legitima las operaciones militares y dan transparencia de todos los procedimientos operacionales, un soldado debe sentirse tranquilo en cada operación a la que sea designado, especialmente las de control militar de área y de choque a blancos significativos. Esta seguridad jurídica no solo da tranquilidad a nuestros uniformados, sino que hace que las operaciones militares se lleven a cabo con transparencia y claridad en el desarrollo de la orden de operaciones, además, da garantías a la hora de una investigación judicial que debe de ser objetiva y sin sesgos. Ya nuestros uniformados tienen la preocupación permanente por cuidar su propia vida y la de sus compañeros en las operaciones que la incertidumbre de poder caer ante la posibilidad de caer herido o muerto en acción, o en el caso extremo, caer en una cárcel militar ante una investigación jurídica.
Es necesario entonces mejorar las condiciones del soldado y la de sus familias para que ese esfuerzo extraordinario de trabajar siete días de la semana, los treinta días del mes y la disponibilidad permanente durante los 365 días del año se vea reflejado en condiciones dignas para un trabajo excepcional. En la seguridad humana (SH) definida desde Joseph Nye cuando aborda el concepto de “soft power” o poder blando, establece especial prioridad sobre el ser humano y la población como grupo estabilizador, en este caso la SH no debe concebirse solo –y de forma exclusiva- para la población civil sino para quien ejecuta la seguridad y defensa del Estado.
Una de las premisas que se le atribuyen a Napoleón es la comprensión de que los ejércitos marchan sobre su estómago, es decir, un soldado bien alimentado está en óptimas condiciones para afrontar la misión. En la confrontación actual, los ejércitos marchan también sobre sus estómagos, pero con una gran consideración diferencial y complementaria en el contexto actual del siglo XXI: “marchan sobre su moral y su propio bienestar”.
Hoy por hoy en Colombia se cuenta con un desmejoramiento de esta consigna, no hay apoyo de los altos mandos para efectuar una buena defensa jurídica junto con el restablecimiento de la justicia penal militar (JPM), como tampoco hay un respaldo político a la hora de proteger las operaciones militares, hay bajos niveles en la prestación del servicio de salud y en varios casos, las viviendas otorgadas a nuestros soldados son en sectores de alto conflicto urbano con dinámicas de violencia muy complejas en zonas de tolerancia.
Estos son algunos de los retos prioritarios para la cartera de defensa en el actual gobierno que debe de considerar en sus primeros 100 días para generar tranquilidad en las instituciones castrenses, esto también da soporte al discurso conciliador y de unidad del cual el actual presidente ha venido pregonando en las últimas semanas; Es necesaria la voluntad política.
