Álvaro Ayala Tamayo
La vida te da sorpresas y es ahora el presidente Gustavo Petro quien aplica sus cláusulas. La gente tiene que entender y acostumbrarse a un gobierno que llegó para derribar los jardines amurallados del uribismo. Cambiarán muchas cosas y a medida que pasan los días, los ministros y otros funcionarios comenzarán a salir de los barrios de clase media y populares.
El solo hecho de no tener ministras perfumadas, tipo Abudinen, ya es ganancia para todos. El Jefe de Estado se lució con algunos nombramientos, especialmente con los indígenas. Quien no esté de acuerdo queme su pasaporte y muestre el de origen escandinavo. Las ministras deben estar advertidas que en toda licitación hay un “socio” tipo Emilio Tapias.
A la ministra de trabajo Gloria Inés Ramírez la conoceremos en diciembre con “el chicharrón“ del salario mínimo y la nueva ecuación que trae para generar empleo. Queremos ver otra medalla para la ministra del deporte María Isabel Urrutia, en los Juegos Olímpicos de París 2024. Las marcas son para derribarlas y ella sabe dónde han dejado el testigo nuestros deportistas en las pasadas ediciones. La ministra Urrutia tiene a su favor que 50 millones de colombianos somos sus hinchas.
De la doctora Carolina Corcho, ministra de salud, hablan muy bien sus pacientes. Ojalá tenga la fórmula para mejorar la salud. Al ministro de Justicia Néstor Ozuna anticipamos que buscará hacer algo y al final nada de nada. Es más fácil reformar a Putin que a la justicia colombiana. Todo gobierno dice lo mismo al inicio de la gestión. Llevamos 50 años incumpliendo esa necesidad. Si reformar la justicia es crear más jueces para llenar reclusorios el efecto será contrario y un engaño. Si quieren reformar la justicia acaben con el millonario negocio que le montaron al poder criminal (judicial ), de manipular el reparto. Eso es un torcido que le establecieron al sistema para que todos los sujetos procesales delincan o salgan ricos.
Violar los derechos humanos de quien está privado de la libertad es un delito grave. Lo que necesita el país es justicia, no más burocracia judicial. Justicia humana, dirá el presidente Petro. Saquen de las mazmorras a los internos. Las cárceles colombianas son inhumanas, esa es la reforma más urgente que necesitamos. Ojalá no vaya a salir con el viejo cuento que la justicia necesita más presupuesto para mejorar.
Por ahora, de la cláusula Petro estamos comenzando a leer la letra chiquita. Sobre el remezón en las fuerzas armadas le faltó un paso más. Debió darse la pela y entrar a la historia nombrando directora a la generala Jackeline. Hubiera hecho moñona. No hay razón para que lo critiquen. Uribe hizo lo mismo y algo peor, puso un policía retirado a dirigir la institución…Teodoro Ricaurte Campo Gómez, es su nombre. El día de su posesión casi se frustra porque el estómago no le dejaba subir el pantalón del uniforme.
Un amigo cercano a este gobierno me dijo que los generales de hoy son más expertos en contrataciones y licitaciones que en seguridad y orden público. La ejecución a sangre fría de 3 muchachos en Sincelejo, el pasado 25 de julio, por parte de un coronel de la policía es prueba de la incompetencia de sus superiores. A ese Coronel lo tenian en lista para ascenso.
Sobre la paz con el ELN nos tendremos que tragar muchos sapos. Lo importante es crear condiciones, confianza y arrimar a las víctimas para que le den legitimidad al proceso. Cuando nos destapen las cartas conoceremos el monto de las apuestas.