Bienaventurada la Justicia

19 agosto 2022 4:50 pm

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Jhon Fáber Quintero Olaya

La semana que termina finaliza con grandes noticias para el País y no me refiero a la elección del vallecaucano Carlos Hernán Rodríguez como Contralor General de la República. La posesión del nuevo Ministro de Justicia Néstor Osuna Patiño estuvo acompañada de un interesante discurso de acompañamiento a la Rama Judicial. Una reforma a la justicia pensada para la creación de más despachos judiciales, fortalecimiento presupuestal de la justicia y una revisión minuciosa de la política criminal del Estado son ideas esperanzadoras y humanistas en una sociedad tradicionalmente taciturna en estas materias.

La virtualidad, potencializada por la pandemia, en la dinámica del proceso llegó para quedarse y ha mostrado las bondades de la tecnología en el proceso. Sin embargo, las brechas existentes en diferentes zonas del país para administrar justicia y la ausencia de una adecuada logística para las audiencias a través de sistemas digitales siguen siendo retos para el nuevo funcionario. Sus declaraciones y su conocimiento del derecho son cartas de presentación para un cambio normativo y orgánico que requiere consensos, por supuesto, con la judicatura.

La revisión de delitos que no deben tener esa categoría, en una Nación inundada por sanciones, constituye un giro copernicano, al tiempo que la revisión sobre la necesidad de más centros penitenciarios y carcelarios tiene inmersa una filosofía interesante sobre el fin de la pena y del derecho penal mismo. En forma correlativa el hacinamiento carcelario exige políticas de humanización rápidas, para salir del estado de cosas inconstitucionales en el que se encuentra Colombia. Todos estos aspectos se han analizado sin tapujo alguno por el líder de la cartera gubernamental relacionada con la justicia.

De igual forma, la reunión del Presidente con las Altas Cortes y su manifestación pública de respeto a las decisiones judiciales hace presumir una relación pacífica entre las ramas del poder público, lo cual es inédito en tiempos recientes. Las decisiones de los jueces pueden ser compartidas, pero únicamente controvertidas por los mecanismos institucionales. La prudencia en los medios de comunicación facilita la independencia y autonomía del funcionario judicial.

Pero las novedades en este sector no sólo vienen del actual Gobierno, sino de la reciente sentencia de la Sección Quinta del Consejo de Estado que ratifica la elección de 7 Magistrados de la Corte Suprema de Justicia. Los beneficiarios de este control de legalidad son los togados Fabio Espitia Garzón, Hugo Quintero Bernate, Gerson Chaverra Castro, Francisco José Ternera Barrios, Omar Ángel Amador, Iván Mauricio Lenis Gómez y Luis Bendedicto Herrera Díaz. Los actores pretendían que se dejará sin efecto estos nombramientos debido a defectos en el procedimiento y particularmente en las reglas de mayorías porque para la fecha del acto eleccionario la Corporación Judicial estaba compuesta sólo por 15 miembros y se requería de 16, en consideración de los demandantes, para que se cumpliera con las previsiones del reglamento interno de la Corte.       

Para resolver el caso se tuvo en cuenta que la Ley Estatutaria de Administración de Justicia prevé que las Corporaciones Judiciales deben deliberar y decidir con el voto favorable de la mayoría de sus miembros. Como para el mes de febrero de 2020 la Corte Suprema sólo tenía 15 integrantes, ello habilitaba a que a partir de ese número se dispusiera la regla de mayorías. Esta tesis es inicialmente discutible, puesto que la Sala Plena de esta Alta Corporación tiene 23 magistrados y el reglamento interno precisaba con claridad el procedimiento para la elección de aspirantes a tener esa honrosa dignidad. El cambio en las reglas de juego y la nueva interpretación de un proceso eleccionario en curso no es un buen precedente jurídico, máxime si el mismo se da al interior de la Rama Judicial.

Sin embargo, la interpretación jurídica surge en casos límite como una manera de resolver la operatividad de las Entidades Públicas. Estas novedades ratifican la regla de mayorías en la Corte y generan esperanza sobre las relaciones del Ejecutivo con los Jueces. Nuevos vientos soplan en este binomio institucional y generan la convicción de que la justicia va a ser bienaventurada en este mandato presidencial.  

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