Juan Fernández Cerón
El qué sociedad queremos, está claro, pero el cómo no aparece, se queda en raciocinio, sin actuar para el cambio.
Todo lo que tiene historia no tiene definición. Una humanidad incapaz de aprender de su historia, la repetirá siempre. La filosofía de la vida es la encargada de la vida humana, tanto individual como socialmente, pero el no saber vivir o vivir para sí solamente, son nacionalismos enfermizos.
Paulo Freire, en cartas a quien pretende enseñar, nos dice:
“El maestro es, necesariamente, militante político. Su tarea no se agota en la enseñanza de las matemáticas o de la geografía.
Su tarea exige un compromiso y una actitud en contra de las injusticias sociales. Luchar contra el mundo que los capaces organizan a su conveniencia y donde los menos capaces apenas sobreviven
Donde las injustas estructuras de una sociedad perversa, empuja a los expulsados de la vida. El maestro, el padre de familia, la sociedad entera, deben caminar con una legítima rabia, con una justa ira, con una indignación necesaria, buscando transformaciones sociales.
Se ha llegado no al fin, sino al inicio de las reflexiones para llevarlas a la experiencia actuando. Si cambia mi mundo, cambiará el mundo.
Continúa Pablo Freire, “Nadie Educa a Nadie, ni nadie se Educa solo, nos educamos en comunidad mediatizados por el mundo”, esto es una realidad.
Para entender que el factor humano, está por encima de creer que aprender a serlo, es solo ir a la escuela, esto es ridículo aprendizaje discursivo, que sólo conduce a un actuar social ridículo, que desordena la vida, utiliza el esfuerzo anquilosado en la vaguedad, reinando la mediocridad.
En el ser humano predomina la esencia del conocimiento, rebasa el conocer por conocer para pertenecer a un humano estilo dictador, explotador que ve únicamente lo material y la cuantofrenia
El ser humano, el maestro, el ciudadano, la familia, la sociedad, que son escuelas del comportamiento y el ejemplo que necesitamos, deben ser no solamente humanos, sino seres humanos, reflexivos, críticos, con conciencia creadora. Este es el verdadero aprender, aprehender a vivir que debe reinar en todas toda formación, es decir, formar para saber vivir, para el buen vivir
Esta es la formación que debemos ofrecer como familia, como sociedad, como institución. En el ser humano y social predomina la esencia del saber. Todos en proceso formativo pedagógico somos niños, estudiantes, maestros, padres de familia, filósofos, políticos, investigadores, científicos, humanos, sociales. La escuela de la vida, donde existen problemas, crisis, se construye la experiencia, la formación integral, crea talentos, cerebros humanos
Experiencia no es solo teoría, es como creer que se quita el hambre solo mirando el menú. Experiencia no es facilismo repetitivo, sin comprensión. Salir de la repetición teórica es introducirnos en la creatividad, la innovación, la práctica participativa, no un facilismo, sino buscando solución a los problemas de cada medio.
La experiencia enseña a leer, escribir, escuchar, ver y autoevaluar mi mundo y el mundo, aprender que es, y, para qué sirve el conocimiento para vivir en sociedad y poder enfrentar el error, el engaño, tomar decisiones, unir amistades, ser un líder, donde saber vivir es tener la necesidad de actuar, de poseer conocimientos no fragmentados, que impiden el poder pensar, sino, que respondan a las necesidades sociales y de un contexto.
La experiencia no deshecha la imaginación, al contrario, la forma, la educa, la orienta y mira senderos, ayuda a derrotar la mediocridad, la experiencia organiza la imaginación y el pensar, rompe barreras, nos hace reflexivos, críticos, creativos.
Una concepción personal real de vida, de mi mundo y del mundo, no solo es imaginarla, sino comprenderla, aprender a quererla, saberla vivir.
El concebir, orientar e interactuar con valores, con aprendizaje es manifestar que ya son producto de la experiencia en la cotidianidad, para superar o buscar los cambios, donde cada interrogante del sentido de vivir, toma su importancia.
El ser crítico, ético y moral es identificación de honestidad, con carácter humano desde uno mismo y del mundo, para ir creando con la práctica y la experiencia adquirida, e inferirlas en la sociedad pertinente en los diferentes contextos.
Esta autoformación crítica, auto-reflexiva, auto-evaluativa, ética y moral, es un proceso integral continuo y de momento de cada necesidad, de dignidad, de creación, de crítica, comunicación, ejemplo, conciencia de los actos para tomar decisiones y principalmente, ser protagonista y formalizar una relación como persona disciplinada y autónoma que demuestra la mejor forma de convivencia e interacción social, contribuyendo a buscar soluciones con cada intelecto participante.
Asimilar estas reflexiones sobre la conducta humana, sus normas que la orientan, es un camino que busca hacer mejores ciudadanos, profesionales humanos con conocimiento, ética y cívica participativa.
En la vida aprendí, que a la gente le disgusta que le digan la verdad, prefieren el engaño. Se es amigo de alguien, si le guardamos y ocultamos sus errores, ¿Será eso ser padre, madre, hijo, maestro, estudiante, persona, amigo, ciudadano? NO, se lo está engañando, se lo engrandece, se lo aplaude, se lo adula, se le hace creer que es superior, perfecto, honesto por interés, por orgullo inconsciente, infra consciente, tapando toda la verdad. A las personas, al poder, al autoritarismo, al mal ejemplo, a la corrupción hay que decirles la verdad, pero no verdad disfrazada de mentira.
Ojala, que este sueño se pueda lograr y actuar para el cambio. Hoy todos somos sensibles a los antivalores. Si somos conscientes de nosotros mismos, nos protegemos y protegemos el medio, para gozar de su paisaje natural que se está terminando aceleradamente.
Para nosotros como adultos y padres nos da pesar, que nuestros hijos y nietos, no puedan disfrutar de la belleza maravillosa de la naturaleza.
Es inhumano dejarles ríos envenenados y paisajes desbastados por falta de consciencia humana, remplazada por el tener económico, que ha convertido el paisaje bello, en paisaje de muerte.
Ser social y crear sociedad es una actividad de saber expresar, dialogar con nuestras ideas, es la actividad de una persona o grupo de personas que se van a convertir en el germen de creación para cultivarla y germine el fruto de la vida, para la vida y dejar huella de vida para los que siguen viviendo.
Ya no estamos en una era de cambio, sino en un cambio de era, es decir, no basta saber dónde estamos, sino para dónde vamos. El cambio no es de una nueva era, lo importante es reflexionar de donde se viene y para donde vamos, erradicando al hombre inconsciente que crea los monstruos que lo oprimen, sino, el hombre que piensa y actúa humanamente.
La habilidad del pensamiento crítico creativo es vital para el éxito. Un pobre pensamiento crítico relega a la mediocridad. La creatividad es una habilidad que puede aprenderse y desarrollarse con la práctica. Una buena idea genera cambios. Si mejoramos la capacidad de creatividad crítica, se mejora la calidad de pensar, mejora la calidad de vida y de trabajo. Muchas personas usan poco o nada en absoluto el pensamiento crítico, están atrapados en el confort, lo defienden y refuerzan lo que hacen y han dicho en el pasado. Por eso Emerson dice: “Una consistencia necia es el duende de las mentes pequeñas”.
Hay que crear una nueva forma de ver el mundo. Todo el mundo es creativo. La creatividad es natural y espontánea del ser positivo y con alta autoestima. Hay factores que determinan la creatividad, despertando la experiencia y la autoimagen.
Hay que visualizarse e imaginarse a uno mismo como creativo. Imaginar ser creativo que no hay problemas en el mundo que no se puedan solucionar con la mente creativa, que toda meta se puede lograr y obstáculo que superar en bien de la humanidad, sin intereses corruptos
La creatividad es una herramienta que nos proporciona la naturaleza, somos intrínsecamente creativos, lo que asegura la supervivencia del hombre para hacer frente a la crisis de la vida cotidiana. La creatividad es innata.
Un hábito inteligente, es una acción que ayuda a desarrollar más la mente y el intelecto. Son importantes porque nos identifican como inteligentes y no como tontos o lentos, esto no es cierto, sino que es necesario aportar hábitos que sean desafiantes y que estimulen la mente a trabajar, se requiere trabajo para cultivar la inteligencia. Que talentosa puede ser una persona que se la pasa viendo una telenovela y creyendo todo lo que le dicen con falsedades los medios. ¿Que, talentosa, puede ser una persona así?
Espero encontremos la semilla como germen de creación y la cultivemos para que germine el fruto de vida, para la vida y dejar huella de vida para los que siguen viviendo, como hombres que dejan huella, que aman lo que hacen, enseñan con el buen ejemplo, alimentan su inteligencia, son humildes de corazón, piensan fuerte sin pisar a los demás, honestos, honrados, dignos, llegan más allá de lo que se proponen, son soñadores, aman la vida y saben vivirla y crean un mundo feliz. Que el cambio real, sea mi propio cambio.