Sebastián Ramírez
A veces nos dejamos absorber tanto por el presente que nos generamos la idea de que todo ha sido -y será- siempre igual, vamos por el tiempo como unos peces adormecidos arrastrados por una corriente de actualidad. Pero cuando nos detenemos a observar, fácilmente nos damos cuenta como todo ha cambiado y, lógicamente, lo seguirá haciendo.
Hace unos años la Serie A de Italia era la mejor liga del mundo (cómo lo es hoy la Premier). La gente de mi generación recordará sus años infantiles viendo a la Lazio de Fernando Couto, Siniša Mihajlović, Alessandro Nesta, Matías Almeyda, Pavel Nedvěd, Diego Simeone, Juan Sebastián Verón, Fabrizio Ravanelli, Marcelo Salas y compañía; o a la Juve de Edwin van der Sar, Alessandro Birindelli, Ciro Ferrara, Paolo Montero, Igor Tudor, Edgar Davids, Alessio Tacchinardi, Zinédine Zidane, Alessandro Del Piero, Filippo Inzaghi y demás; o el Inter de Angelo Peruzzi, Laurent Blanc, Ivan Córdoba, Dario Šimić, Javier Zanetti, Clarence Seedorf, Taribo West, Roberto Baggio, Adrian Mutu, Alvaro Recoba, Ronaldo, Christian Vieri, Iván Zamorano; o el Parma de Gianluigi Buffon, Antonio Benarrivo, Fabio Cannavaro, Roberto Sensini, Lilian Thuram, Dino Baggio, Faustino Asprilla, Abel Balbo, Enrico Chiesa y Hernán Crespo; o el Milán de Alessandro Costacurta, Paolo Maldini, Demetrio Albertini, Massimo Ambrosini, Zvonimir Boban, Leonardo, Oliver Bierhoff y Andriy Shevchenko; incluso la Fiorentina de Francesco Toldo, Christian Amoroso, Angelo Di Livio, Rui Costa, Moreno Torricelli, Gabriel Batistuta, Predrag Mijatović y Edmundo; o la Roma con Aldair, Cafú, Vincent Candela, Marcos Assunção, Damiano Tommasi, Marco Delvecchio, Vincenzo Montella y Totti. Hoy, la Serie de A de Italia podría ser la tercera o cuarta en importancia de toda Europa.
También, aparece el recuerdo de cuando el Boca de Bianchi y el River de Gallardo dominaban Ámerica, les ganaban a todos, incluyendo a los brasileños, de local o de visitante. Hoy es casi imposible pensar que algún equipo argentino pueda disputar una final de Libertadores, desde antes de comenzar el torneo son favoritos Flamengo, Palmeiras, Atlético Mineiro y algún otro equipo brasileño que esté inspirado en el momento.
Colombia pasó de clasificarse consecutivamente para mundiales a no ir a tres consecutivamente, lo mismo le ha ocurrido a Chile, Paraguay y hasta a Uruguay.
Parecen haber quedado atrás épocas en que el Barcelona dominaba hegemónicamente a España y a Europa, el Arsenal era un dream team, el Milán metía miedo a todos sus rivales, y en las que cuando se hablaba del Manchester era para referirse al United y no al City. Hace unos años Atlético de Madrid, Chelsea y Paris Saint-Germain eran equipos clase media, muy lejos de las super potencias de élite que son hoy en día.
Todo cambia si se observa durante el suficiente tiempo. Los que hoy están arriba mañana estarán abajo y al revés. Pasa en el fútbol y pasa en la vida.
Twitter: @sebasramirez85