“País de mierda”

6 septiembre 2022 5:07 pm

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Por: Libardo García Gallego

Con este título no se pretende describir física o realmente a Colombia, pero sí es una figura literaria para mostrar la manera en que hemos venido siendo gobernados desde hace siglos y la cultura reinante de su población.

Los colombianos desde hace unos 80 años hemos querido vivir en una democracia de verdad, no de nombre, pero la clase dueña del poder siempre lo impidió hasta hace un mes. Esa clase ejerció el poder mediante la compra de voluntades y conciencias, repartiendo limosnas y empleos y nunca hizo nada por acabar o, por lo menos, mermar la gran desigualdad social. Siempre ha existido la corrupción de buena parte de la gente con poder, la cual se ha disparado en los últimos decenios.

El Informe final de la Comisión de la Verdad, dirigida por el sacerdote de Roux, relata ante el mundo cómo ha sobrevivido Colombia en el último medio siglo: Miles de asesinatos a sangre fría de civiles inocentes, desapariciones forzadas, violaciones de toda índole, fuerzas militares del Estado aliadas con los más peligrosos asesinos y criminales, con el beneplácito del gobierno; modificación de leyes de la justicia para favorecer a los delincuentes; magistrados y jueces prevaricadores quienes en lugar de juzgar y castigar a los responsables los liberan a los tres días dizque por falta de pruebas o, a lo sumo, les brindan casa por cárcel. En síntesis, la vida humana en Colombia vale mierda y media y los ladrones que antes se contentaban con sacarnos la plata del bolsillo o con un reloj barato ahora matan por una bicicleta, por un celular o por un bolso.

Ministros, congresistas, gobernadores, alcaldes, como nunca supieron qué era la ética, se roban y regalan los dineros públicos haciendo contratos leoninos en los cuales a cada quien le tocan miles de millones. Las leyes se han hecho de acuerdo con los intereses de la clase oligárquica, por eso la gran desigualdad social: no es aceptable que haya salarios mensuales de $100 millones de pesos mientras el mínimo es de apenas una centésima de éste y más o menos la mitad de la población en edad trabajar debe resignarse con un trabajo informal o a vivir de la mendicidad; los bancos cobran altísimos intereses por prestar su dinero. Ningún empleado, por muy alto rango que ostente, debería devengar más de 20 veces el que gana un trabajador echando azadón o cogiendo café. Las tierras aptas para la agricultura han sido acaparadas por los terratenientes que obligaron a los pequeños y medianos agricultores, mediante amenazas de muerte, a irse a vivir en zonas de alto riesgo en las cañadas y laderas de las zonas urbanas; una gran parte de las tierras agrícolas está en pastizales donde se alimentan dos reses por Ha.; la selva amazónica, pulmón del planeta, ha venido convirtiéndose también en potreros para ganadería extensiva. El territorio colombiano posee muchas zonas donde el Estado nunca llega, además porque carecen de vías terciarias o están en pésimo estado.

El panorama anterior, faltando muchísimos ejemplos, es el que justifica el aplicar a Colombia la metáfora “país de mierda”, expresión  ofensiva para los patrioteros que se niegan a reconocer nuestra triste realidad.

libardogarciagallego@gmail.com

 

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