HABLEMOS DE… 1

11 septiembre 2022 5:36 pm

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Carlos Alberto Agudelo Arcila

 

HABLEMOS DE Mario Mariani cuando llegó a ser un Pobre Cristo además de La virgen de los siete dolores y de sus putas amadas o de su erotismo y sus desarraigos. O de El Banquero Anarquista de Fernando Pessoa de si el banquero fue anarquista o Fernando no fue anarquista o si Fernando fue anarquista o si el banquero no fue anarquista. Hablemos y enrostremos carcajadas mientras ellos sudan furia en los costados de su literatura por escribirse. A propósito ¿es usted anarquista o solo un vanidoso con un clavel en el saco estilo Óscar Wilde? ¿Es usted Margarita Gautier y yo Armando Duval?

HABLEMOS DE orígenes benditos y de Dios desamparado en la orilla de su propia confusión y de la virgen del Carmen y de las ánimas del purgatorio y del señor de los milagros y de los mil jesuses a la par brindemos por nada con zumo azul del mar.  

HABLEMOS DE Microrrelatos para cronopios de Umberto en los “Aguaceros de este pueblo” o “Sobre aves enjauladas” y “Sobre muchos perritos” o del mensaje nunca escuchado por ser humano o de “Évora” y de mi nariz y el filo en la carátula de los demacrados o del “Paradero de buses” y “Del espejismo” o de un libro “Casi siempre” sin leer o de Senegal hincado en el altar de mi casa con lágrimas en sus ojos -ora el poeta por “El genio en las cloacas” mientras “Amelina” escucha “Melodías para ángeles”-. “La golondrina poliglota” se aleja de “La medusa y los pichones” durante ese tiempo “Mi abuela Rosalba” se la pasa “Recordando mujeres y hombres” entretanto “El inclemente paso de los años” le hace rememorar “Una mansión perfecta” hasta darle “El adiós” al “Juego macabro” de “Huellas y huellas”.

HABLEMOS DE manzanas por paladear en el paraíso restringido y de la serpiente cuando amenaza la curiosidad del incauto o de la expulsión de Adán y Eva del Vergel o del lenguaje apócrifo de la piedra o del azufre y los siete príncipes del infierno o de la higuera cuando empezó a darle rienda suelta a la malicia o mejor del comején y la silla de ciprés donde los padres de cada uno de nosotros tejen sus esperanzas o de la electricidad imaginaria de los desamparados y del trapeador por adquirir en la tienda del otro extremo del círculo vicioso o de alguna cosa diferente al dinero y propiedades de él y ella o de alguno más o de la secreción líquida de la mucosa gástrica o de alfombras en el lote donde no ha de construirse la vivienda.

HABLEMOS DE aquella sorpresa en la cafetería cuando la tarde entregó su sí de amor a tú vida y a mí vida asimismo de epopeyas del jornalero y aluviones de rocío además del broche perdido junto a la aguja en un pajar también de lámparas de Aladino compradas por nuestro enamoramiento en cada mercado del espejismo o de alguna inexactitud sin importancia o de una certeza semejante a la de hablar con aquella mujer sentada en el fondo la cual tiene una rosa roja en su cabellera ideal para darle relieve a las reinas del orbe.

HABLEMOS DE la fuerza de voluntad sujeta a no escribir cuatro menos dos es dos o demos un salto para comprobar la existencia de espantos en el castillo rodeado de abismos donde se arrojan expectativas de los rechazados.

HABLEMOS DE las sesenta palabras por decirnos: El plantío sombrea las tres de la tarde y su música adyacente. Vienen segundos difíciles. Solo sombras salvan la angustia y sucesos despiadados. Razonemos donde crece el canelo hasta descubrir la causa de las voces aún no emitidas. La expresión buscará pasar sin ser vista y al unísono gritaremos: ¡Son reflejo exacto de cada vocablo! Sonreiremos y el viento dirá…

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