Petro no tiene quien le ayude

14 septiembre 2022 4:22 pm

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Álvaro Ayala Tamayo

Suficientes son los problemas del país para que el presidente Gustavo Petro tenga que resolver los merequetengues que le arman sus ministros y congresistas. La alta popularidad le da crédito para sus propósitos, pero, las equivocaciones de los coequiperos nombrados y muy bien remunerados le restan flujo de caja.                           

El ritmo de viajar a todos los sitios donde hay líos, lo agotarán física y mentalmente.                    Todos lo quieren ver y escuchar porque no tiene quien le haga la segunda. Solo confían en él porque sus ministros no han cuajado y ninguno es carismático, ni han mostrado credenciales de liderazgo. Todos son desangelados y no tienen empatía para transmitir mensajes. 

Este gobierno tiene un problema grave de comunicaciones y todo lo que gira alrededor del presidente es rocoso y áspero. Es muy temprano para criticar, pero no se puede desaprovechar la primera salida en público para decrecer.  Esa propuesta no se prometió en campaña, por lo tanto, es ilegal, mentirosa y se convertirá en reina de burlas y bandera de los caricaturistas. Si la piensan imponer, que den ejemplo y se rebajen el sueldo los funcionarios y congresistas.                         

La primera en salir del pelotón fue la vicepresidenta Francia Márquez. No aparece ni para llevarle una caramañola al jefe de Estado que, pedalea solo y con varios puertos de montaña por escalar. No sabemos si le están haciendo el quite en las entrañas del gobierno o su estilo es trabajar callada. Es justo darle tiempo y que se acople al cambio. Esperamos que no la atropelle la aplanadora de los partidos de la coalición y le dejen camino para maniobrar.

Hasta hoy, nadie se ha destacado para entregar un mensaje en nombre del presidente porque no le creen. No tienen una cara amable, ni una sonrisa que genere esperanzas. Lo quieren en persona para hacer el milagro y para cumplir, debe mostrar un físico de presidente y atleta de largo aliento. Se le están agotando las fuerzas. Luce cansado y sin relevistas que le colaboren para llegar a la meta con una buena marca.                                   

Lo que acaba de suceder en Chile con el fracaso de la Constitución propuesta por el presidente Boric, es un modelo que fácilmente se puede replicar en Colombia. La constitución de Chile equivale a la reforma tributaria del economista Petro. Si ponen un escáner a la entrada del Capitolio Nacional, se descubre que los congresistas en su maletín personal también llevan tijeras, navajas, cuchillas y barberas para hacerle recortes. Aquí no se caerá, pero la trasquilarán al punto que cuando se convierta en Ley, será necesaria otra.          

Colombia tiene un nuevo problema, el fortalecimiento del dólar.  La valorización del billete verde hará que los 25 billones de la reforma tributaria parezcan monedas. A nadie le gusta que le metan la mano al bolsillo y el actual gobierno les ganó a los que ponen el billete y generan mano de obra.

Una cosa es ganar y otra gobernar, especialmente, cuando borrachos congresistas del partido de gobierno se van a contratar trabajadoras sexuales a Cartagena. Cuando el director de la DIAN pide cárcel para evasores y el ministro de justicia dice que no se construirán reclusorios. Lleva muy pocas horas este gobierno, para que haya tantas dificultades creadas por ellos mismos.                 

El tema de la invasión de tierras se está saliendo de madre. Con simples declaraciones de funcionarios no se solucionará esa guerrita civil que está germinando y puede causar un estallido social. Se puede convertir en fuego amigo.                              

Lo mejor del presidente Petro es la apertura de la frontera con Venezuela. Criticar a Maduro desde Bogotá, Armenia, Medellín, Cali o Barranquilla, es muy fácil. Nos olvidamos de esos millones de venezolanos y colombianos que habitan a lo largo de los 2.200 kilómetros de territorio común, desconociendo que ese es su modo de vida. Además, Maduro permanecerá en el poder hasta que muera. Ya se fueron Uribe, Santos, Duque, y con Petro sucederá igual. Quien esté pensando en una salida del dictador venezolano compre una silla y siéntese a esperar. También está joven y saludable. Hay verdugo para 20 años más. Tampoco es trabajo de nosotros buscar su caída. Eso es tarea de OEA, ONU y los organismos internacionales creados por las naciones para tal fin.

Al baile de las gallinas no entran las cucarachas.

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