D. Quindío: una cosa son los números, otra, el fútbol

15 septiembre 2022 7:02 pm

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James Padilla Mottoa

Una cosa son los números que respaldan ampliamente una campaña y otra muy distinta es el nivel futbolístico que un equipo pueda llegar a exhibir para darle consistencia a esos números. Tal es el caso de nuestro amado Deportes Quindío, conjunto que ha redondeado hasta el momento unos impresionantes números en su campaña de este año, pero sin una demostración futbolística que traiga tranquilidad a la parcialidad. Si bien es cierto que los resultados son los que mandan en el universo del deporte, no lo es menos que esos resultados no siempre están avalados por una solvencia en el juego.

Al Quindío de hoy le está faltando mayor funcionamiento, capacidad para resolver frente al arco contrario y variantes en el juego para enfrentar las dificultades propias de la contienda. La elaboración en la mitad de la cancha no es suficiente porque, aunque Junior Borrero es un buen jugador, muy bien dotado técnicamente, no tiene la dinámica o la intensidad que el cuadro demanda. Por su parte Jairo Roi, inicialmente dueño de la posición, con picos altos y bajos en la competencia, paulatinamente fue perdiendo la confianza del técnico que lo ha relegado en los encuentros más  recientes.

Sin embargo, pasemos por todas esas falencias, disimuladas con lo que se ha podido aportar en la campaña y que se refleja en lo que pareciera una montaña rusa en el rendimiento, con puntos altos y otros muy bajos. Pero no podemos pasar con lo poco que se ha visto en la parte de arriba en donde es un drama auténtico la consecución del gol.

Nos ilusionamos con la presencia inicial del "soldado" Santiago Gómez, como la gran incorporación para solucionar los problemas del ataque, pero con el correr de los partidos este soldado se nos va de baja porque ni siquiera tiene rótulo de titular.

Exnéider Guerrero con su paso fugaz por Santa Fe sufrió una metamorfosis inexplicable: del jugador rápido, explosivo, de gambeta corta y demoledora con remate letal, contemplamos el regreso de un jugador sin la chispa de antes, anodino y sin poder recuperar ese nivel que aquí llegó a tener.

Cifuentes, el otro delantero, poco o nada es lo que le hemos podido observar y su titularidad sólo se explica en el pobre momento de Cristhian Mina, quien definitivamente nunca llegó a enterarse de las grandes condiciones que tiene para jugar al fútbol. Así las cosas, con un equipo casi clasificado para la ronda siguiente y con un colchón mullido en la reclasificación, se necesita de la decisión del directivo para la consecución de los jugadores que se necesitan para armar un plantel más competitivo que nos dé a todos las garantías para ganar en las instancias finales, conseguir el ascenso y consolidar la base del conjunto que tendrá la misión de conservar la máxima categoría.

A don Hernando Ángel me atrevo a decirle que esta afición del Quindío no soporta una decepción más en su justo anhelo de volver a tener a su representativo en el sitio que le corresponde…

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