El decrecimiento es necesario

15 septiembre 2022 7:03 pm

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Libardo García Gallego

Hace pocos días la señora ministra de Minas y Energía sustentando sus proyectos se refirió brevemente a la teoría del decrecimiento. Por ahora la mayoría de la población se asusta y repite, cual si fueran empresarios multimillonarios, que si dejamos de crecer económicamente se extenderá y agudizará la pobreza actual, en especial en los países más atrasados.

Sabemos que el 85% de los recursos naturales está acaparado por el 20% de la población y consumimos tantos recursos que necesitamos casi dos planetas tierra para sostener este ritmo. A finales del siglo pasado los estudios del matemático y economista norteamericano Georgescu-Roetgen fueron el comienzo de esta teoría, desarrollada por otros economistas, entre ellos el francés Serge Latouche, para quien el decrecimiento no es una tesis científica sino una corriente del pensamiento para alertar a la humanidad sobre la urgencia de una revolución cultural que detenga el riesgo del agotamiento de los recursos primarios y del consumismo doméstico exagerado.

El déficit ecológico se evidencia en sequías prolongadas, deforestación, erosión de los suelos, pérdida de biodiversidad, agotamiento de las pesquerías y en el cambio climático. Por ello esta teoría aboga por la disminución regular y controlada de la producción con el fin de establecer una nueva relación de equilibrio entre la naturaleza y los seres humanos.

Acerca de esta temática recomiendo leer el artículo: ”¿Qué es el decrecimiento y por qué sería una solución para nuestra sociedad?”, del profesor Izzat Haykal, de donde extraje estas ideas y en el cual enumera los pilares del decrecimiento propuestos por Latouche:

“Reevaluar los valores individualistas y consumistas y sustituirlos por ideales de cooperación.

Reconceptualizar el estilo de vida actual.

Reestructurar los sistemas de producción y las relaciones sociales en función de la nueva escala de valores.

Relocalizar para reducir el impacto generado por el transporte intercontinental de mercancías y simplificar la gestión local de la producción.

Redistribuir la riqueza.

Reducir el consumo, simplificar el estilo de vida de los ciudadanos. El Decrecimiento apuesta por una vuelta a lo pequeño y a lo simple, a aquellas herramientas y técnicas adaptadas a las necesidades de uso, fáciles de entender, intercambiables y modificables.

Reutilizar y reciclar para alargar el tiempo de vida de los productos y así evitar el despilfarro. Evitar la obsolescencia programada en la fabricación de muchos productos domésticos, como vehículos, neveras, etc.” (ver artículo)

Es difícil refutar los medios al servicio de los capitalistas desarrollistas y conseguir que las comunidades cambien sus hábitos tradicionales cuando ni siquiera hemos aprendido a clasificar y separar las basuras, pero es necesario empezar a difundir estas ideas tratando de alcanzar la utopía del no despilfarro para poder “vivir sabroso”.

 

libardogarciagallego@gmail.com

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