La vida es un aprendizaje constante y por eso, aunque es menester intentar abrirse a la evolución que ello implica, no es bueno tomársela “tan a pecho”. No estoy manifestando que se le reste seriedad, al contrario, las vivencias son la esencia de la construcción hacia el futuro y todos los acontecimientos, las reacciones y el condicionamiento que se genera en cada ser merecen una reflexión concienzuda, encaminada a lograr darnos un trato amoroso, honesto y proactivo de tal manera que construyamos una ruta muy íntima para encontramos con nosotros mismos, sin interferencias, sin autoengaño, sin maquillajes que distraigan la importancia de la aceptación y posterior intento para reafirmarnos en algo, o bien, en reconocer aquello que encontramos conflictivo, confuso, injusto e incluso asustador. El universo interior no es asunto público: nada más irrespetuoso consigo mismo que involucrar a terceras personas en temas tan sensibles, muchas veces incomprensibles, del devenir de cada existencia. Una premisa de respeto es preservar la propia intimidad y entender que en el proceso de avance podemos encontrarnos con cambios en la propia conducta, decisiones, proyectos que hoy ni siquiera contemplamos como una posibilidad. Cuando se abre una ventana y por ella permitimos la volatilidad de las emociones, con frecuencia intentando encontrar en otros una “aceptación” o “espaldarazo” a una conducta que nos atormenta por no ser clara, dejamos suelto un episodio muy particular en otras mentes que no pueden mas que congelarlo sin mayor criterio ni garantía de confiabilidad hacia el incierto mañana ¿no cree que un “chisme” o un cuento mal contado, así sea que busque un apoyo transitorio, puede volverse contra usted mismo o dañar a otra persona, a una familia, o una relación, insensiblemente? Y es que no faltan quienes, intentando mostrar una efímera lealtad, se atreven a reforzarle con equivocadas y muy subjetivas “opiniones” un conflicto y dirigirlo a decisiones inadecuadas. Creo que la manipulación desde la vida privada y asuntos personales de los candidatos en las inmediatas pasadas elecciones es un ejemplo de la bajeza e irresponsabilidad social; ningún bando se salva de haberlo hecho y, ¿el triunfo de uno de los candidatos fue realmente un triunfo de la ética y la verdad? No se convierta en su enemigo violando el sigilo de su propia integridad. Si es verdad que vamos cambiando, creciendo, madurando ¿para qué enlodar lo aún no andado, dando información que quedará anacrónica, en extraños, cuando su avance lo lleve a otras dimensiones, ojalá, de mas seguridad, menos ingenuidad e incluso menos yerro? Hay que creer en las inmensas posibilidades de su potencial hacia lo que sigue, pues lo otro ya cada día estará mas y mas atrás y la inteligencia con un derrotero honesto, bien intencionado puede mejorar la historia. Hay cosas que no se cuentan, no se publican, no se comparten, no se dicen. Hay asuntos que por mas “payaso” que se pueda ser en determinado momento, siguen ebullendo en el fondo de las almas y nunca saldrán con transparencia objetividad y claridad. Entonces, para preservar su autoestima, cuidar su futuro, mantener limpio el camino que ha de recorrer, piense muy bien antes de hablar de “sus” cosas y obvio, de las de los demás, como si se tratase de una página amarillista de su misma vida o la de otros y que solo despierta el morbo y la saña mucha gente. Y no olvide que crecer es un trabajo personal, nadie lo hace por usted ni será una prolongación de su propio cambio, ni responderá por sus decisiones, sus “miedos” y sus consecuencias, su impulsividad o su imprudencia. Vale la pena meditar este asunto y si necesita una compañía, escójala en un sacerdote, un experto, una persona que, al menos, le garantice confidencialidad, serenidad y objetividad.