La ciencia ¿ha descubierto a Dios?

1 octubre 2022 2:38 pm

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Agostino Abate

¿Cuál es el descubrimiento que ha desconcertado a las mejores mentes científicas del siglo pasado, y por qué los ha hecho reconsiderar los orígenes del universo?  Nuevos telescopios, más potentes, han revelado misterios del universo que plantean nuevas preguntas sobre el origen de la vida.

Además, lo que han aprendido los biólogos moleculares sobre la codificación sofisticada del ADN ha hecho que muchos científicos reconozcan que el universo parece ser parte de un gran proyecto.

¿Cuáles son los descubrimientos sorprendentes que han hecho que los científicos estén hablando de pronto sobre Dios? Se destacan tres descubrimientos revolucionarios en los campos de la astronomía y la biología molecular: que el universo tuvo un comienzo, que el universo es precisamente como tiene que ser para que exista la vida, que la codificación del ADN revela una inteligencia.

Desde los inicios de la civilización, el hombre ha mirado asombrado las estrellas, preguntándose qué son y cómo llegaron allí. Aunque el ojo humano puede ver unas 6.000 estrellas a simple vista, potentes telescopios indican que hay trillones de estrellas agrupadas en torno a más de 100 mil millones de galaxias. Nuestro sol es como un grano de arena en una de las playas del mundo.

Sin embargo, antes del siglo XX, la mayoría de los científicos creía que nuestra galaxia, la Vía Láctea, fuera el universo entero, y que solo existían unos 100 millones de estrellas. La mayor parte de los científicos creían que nuestro universo nunca tuvo un inicio y que la masa, el espacio y la energía siempre habían existido.

Pero a inicios del siglo XX, el astrónomo Edwin Hubble descubrió que el universo se está expandiendo.

Retrocediendo mediante un proceso matemático, él calculó que todo en el universo, incluso la materia, la energía, el espacio y hasta el tiempo, en realidad tuvieron un inicio.

Este estudio remeció a la comunidad científica. Muchos científicos, incluyendo a Einstein, reaccionaron negativamente. Sin embargo, en 1992, los experimentos del satélite COBE demostraron que el universo realmente tuvo su inicio en un destello increíble de luz y energía. Aunque algunos científicos lo llamaron el momento de la creación, la mayoría prefirió llamarlo el “big bang”.

Muchos científicos se quedaron impresionados por el paralelismo existente entre el evento de la creación desde la nada y el relato bíblico de la creación de Génesis 1,1. Antes de este descubrimiento, muchos de ellos consideraban poco científico el relato de la Biblia que presenta la creación a partir de la nada.

Los cosmólogos, que se especializan en el estudio del universo y sus orígenes, no tardaron en darse cuenta que una explosión cósmica al azar no podría haber creado la vida. Lo anterior significaba que un diseñador lo tenía que haber planeado. Comenzaron a usar palabras como, “Superintelecto”, “Creador”, e incluso “Ser Superior” para describir a este diseñador.

Los físicos calculaban que para que existiera la vida, la gravedad y las demás fuerzas de la naturaleza tenían que ser precisamente las adecuadas o no podría existir nuestro universo. Si el índice de expansión hubiera sido ligeramente menor, la gravedad hubiera jalado toda la materia de vuelta hacia una “gran contracción”. Stephen Hawking escribió: “Si el índice de expansión un segundo después del big bang hubiera sido menor, hasta por una parte en cien mil millones de millones, el universo hubiera vuelto a colapsar antes de llegar a su tamaño actual”.

Por otro lado, si el índice de expansión hubiera sido mayor de lo que es, por solo una fracción, las galaxias, las estrellas y los planetas nunca se podrían haber formado, y nosotros no estaríamos aquí.

Y para que exista la vida, las condiciones en nuestro sistema solar y planeta también tienen que ser justo las correctas. Por ejemplo, todos nos damos cuenta que, sin una atmósfera de oxígeno, ninguno de nosotros podría respirar. Y sin oxígeno, el agua no podría existir. Sin agua no habría lluvia para nuestros cultivos. Otros elementos como el hidrógeno, el nitrógeno, el sodio, el carbono, el calcio y el fósforo también son esenciales para la vida. Pero eso no es todo lo que se necesita para que exista la vida.

El tamaño, la temperatura, la proximidad relativa, y la composición química de nuestro planeta, sol y luna también tienen que ser exactamente los correctos. Y hay muchas otras condiciones que tenían que estar ajustadas a la perfección, o no estaríamos aquí para pensarlo y escribirlo para El Quindiano.

Los científicos que creen en Dios podrían haber deducido este ajuste perfecto, pero los no creyentes no podían explicar estas sorprendentes “coincidencias”. De hecho, el físico teórico Stephen Hawking, que no era creyente, escribió: “Lo extraordinario es que los valores de estos números parecen haberse ajustado precisamente para posibilitar el desarrollo de la vida”. A cada cual las conclusiones.

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