Iván Restrepo
Son muchas las ocasiones en las que me he preguntado y he preguntado, ¿Qué se hicieron las placas identificadoras de los predios, llámense estas casas, edificios, establecimientos comerciales y similares, y a su vez, aquellas que identifican las calles y carreras de los municipios del Quindío y con mayor énfasis en nuestra capital Armenia?
Con el paso de los años, la ciudad ha crecido de forma tal que inclusive para los que en ella habitamos muchos sitios nos son completamente desconocidos. En los años 30 o 40 las calles de Armenia eran angostas y todas estaban identificadas; no resultaba nada engorroso ubicar una dirección en cualquiera de los cuatro puntos cardinales, contrario a lo que sucede hoy, cuando encontrar una ubicación resulta a veces hasta imposible teniendo que recurrir uno a otros complementos: “La casa amarilla de dos pisos justo al lado de la tienda de don Manuel”. Si se trata de saber en que calle o carrera estamos, muchas veces es necesario devolvernos hasta donde, con suerte, hay una placa identificadora y desde allí comenzar a contar.
La ciudad creció. Algunas calles y carreras se ampliaron de forma tal que ya no es posible leer una placa de las antiguas, pues por su tamaño no es posible leerla si uno va en un automóvil. Por esta razón, los arquitectos y diseñadores han decidido ampliar los números y nombres de los edificios. Señalización imprecisa y ausente no es que sea muy bien vista por los turistas y visitantes de las ciudades, esta situación hace que pierdan valioso tiempo tratando de buscar el sitio preciso para donde van. Además de lo anterior, para los comerciantes locales resulta anti comercial. Insto a las autoridades locales en quienes recae esta situación para que tomen cartas en el asunto y podamos contar con ciudades y pueblos más amigables; a decir verdad, esto no implica un mayor gasto y es mucho lo que ganamos todos.
La limpieza y el orden de una ciudad no se limita solamente al manejo de las basuras, desechos y otros en las vías; hay que tener en cuenta todo el componente de la polución visual, manejo de señalética, tipos de letra y composición de colores que embellecen o, al contrario, afean el destino. A todo este respecto, es mucho lo que hay por corregir en nuestros 12 municipios, comenzando por su capital. El ideal sería que las alcaldías, a través de sus entes de planeación municipal, se encarguen de acompañar a los residentes locales para que lo que se haga a este respecto sea con estética y algo mas de buen gusto. Amanecerá y veremos.
En otros temas, la cosa turística en todo el país está de plácemes con el comienzo desde este sábado anterior de la semana de receso, la cual se prolonga hasta el lunes 17 de octubre, iniciando el puente del 12 de octubre. Nuestras autoridades locales y el sector turístico, tanto municipal como departamental, están trabajando para lograr una mini alta temporada sin mayores tropiezos. Estoy seguro que entre todos vamos a lograr el éxito esperado. Comenzamos el sábado 8 de octubre hasta la noche del jueves 13, inclusive con mini temporada, para pasar luego, desde el viernes 14 hasta el lunes 17 a una super alta con todos los riesgos que la misma implica: turismo masivo y las vías de entrada a los atractivos turísticos saturadas de carros y de gente.
Ojalá logremos una temporada única que nos depare satisfacción a todos.
Hasta la próxima
