Álvaro Ayala Tamayo
Cuando se conocen los actos y grabaciones del ingeniero Rodolfo Hernández, el país está agradecido y tranquilo por no elegirlo presidente. A su respetada edad, ese caballero parece necesitar terapia en el diván de un siquiatra. Tiene comportamientos de un rico déspota y malcriado.
Superado ese trauma, ocupémonos de lo que hay. Algo que tiene pendiente el presidente Gustavo Petro, es no mirar el retrovisor y meter los cambios que prometió para impulsar ese carro llamado Colombia. Debería decir que el gobierno Duque fue bueno, pero el suyo será mejor. Tiene 3 años 10 meses para lucirse y cumplir. Así zanja esa tonta disputa que no le conviene al país. Debe entender que ya está gobernando y no hace parte de la oposición.
El doctor Petro, ha cometido la ingenuidad de dejarse fijar la agenda de la oposición y algunos incompetentes que ha nombrado. Ponga a hablar a sus seguidores y contradictores de las obras y no de televisores y almohadas. Al presidente le están haciendo más daño sus funcionarios que la oposición. Cuatro años es muy poco tiempo para un buen gobierno y mucho para uno malo. Además, deje de seguir echándole la culpa de todo al expresidente, pues terminará apareciéndosele siempre que se mire en el espejo, y por lo visto, se caen gordos. Si no le gusta lo que están diciendo, cambie de conversación.
Un jefe de Estado no es elegido para dar explicaciones por cobijas y colchones. Eso es un asunto menor que debería estar en manos de sus colaboradores y los gansos que hicieron las extravagantes compras. El país y el mundo están próximos al colapso de la recesión cantada para 2023. Allí es donde se requiere la audacia y la inteligencia del mandatario. Explíquele al país las anticipadas medidas que está tomando para enfrentar ese tsunami. Las luces de las alarmas están cambiando de amarillo a rojo. Cave un pozo antes de tener sed.
No olvide señor presidente que usted llegó al poder criticando durante 40 años lo que hacían esos gobiernos. Ahora le están cobrando por ventanilla lo que está haciendo. Eso se llama desquite y es una conducta muy típica de los humanos, sobre todo los políticos. No de papaya. Si le dejaron las cortinas rotas, compre nuevas a precios comerciales para evitar alborotos. Pero fíjese que no sean cortinas de humo.