Samaria Márquez Jaramillo
Santa Marta tiene tren, pero no tiene tranvía, si no fuera por las olas, Santa Marta moriría, dice la canción originaria de Manuel Medina Moscote, un acordeonero nacido cuando el siglo XIX se convertía en siglo XX, en Punta de Piedra, hoy municipio de Zapayán en el Magdalena.
Parodiando a Santa Marta, Armenia tiene café y hacendados y gente culta, pero no tiene una cultura que le permita ser una ciudad vanguardista y por ello mientras Pereira y Manizales avanzan, Armenia sigue con paso de cangrejo. ¿Hasta cuándo? Por favor que sea próxima la fecha del cambio de aldea cultural a ciudad multifacética, con museos y bibliotecas que puedan equipararse con los que poseen las ciudades vecinas.
Los humanos aprendemos por experiencias acumuladas y por comparaciones. Tendré que hablar de barrios pobres y barrios de ricos en Buenos Aires, para poder adentrarme en Borges y Sábato y llegar a la biblioteca que los hizo vecinos, pero nunca los pudo acercar: Lo de ellos era político: Anticomunista, uno; descamisado, Sábato. La cultura europeizada de Borges, versus el mundo lunfardo de Sábato se peleaban desde el barrio Recoleta, donde habitaba Borges, a Lugano, donde vivía Sábato.
No es intención de estos renglones comparar, en menoscabo de cualquiera de ellos, las situaciones personales de los dos escritores. Fue muy diferente y alejado, por ejemplo, el arrabal porteño consuetudinario de Sábato y allí fue a parar Borges, cuando en enero de 1938 Jorge Luis Borges ingresó, como empleado temporal, a la Biblioteca Miguel Cané, ubicado en el sur profundo de Buenas Aires, en Boedo, dirigida por el poeta Francisco Luis Bernárdez. Lo recomendó para el trabajo Adolfo Bioy, padre del escritor Adolfo Bioy Casares. Sus primeras tareas fueron catalogar y clasificar el fondo bibliográfico, hasta agosto del mismo año cuando fue confirmado en el puesto de hemerotecario auxiliar. entre 1937 y 1946, año en el que se vio obligado a renunciar a su empleo en la biblioteca, por el ascenso al poder de Juan Domingo Perón. Entonces Borges salió de Argentina y por varios años estuvo errante por Europa.
Tras el golpe militar que derrocó a Juan Domingo Perón, en septiembre de 1955, como si fuera una contradicción de su destino, Borges a sus 56 años de edad y totalmente invidente, fue designado director de la Biblioteca Nacional de Buenos Aires e hizo de ella la más importante de Suramérica.
Toda la anterior historia para preguntar: ¿Si un ciego engrandece una cultura, por qué en Armenia, con tantos videntes, no se puede lograr una biblioteca estatal importante y que suministre conocimiento? Y ¿por qué, culturalmente en esta ciudad estamos sumidos en la oscuridad?
Santa Marta tiene olas y ¿Armenia qué tiene?: Una posibilidad de cambio cultural que desde lejos le dice: ¡ Hola!