¿De qué se trata todo? ¿Cómo funciona el misterioso engranaje de la existencia? ¿Cuál es el plan detrás de las escenas aparentemente aisladas y caóticas de nuestras vidas? Estas han sido las preguntas filosóficas y existenciales que todos los humanos compartimos y que siguen sin ser resueltas. Para acercarse a una respuesta, hay que alejarse del mundo que soñamos habitar y del drama que imaginamos vivir, tomar distancia del personaje que creemos ser y contemplar el cuadro completo, no solo una ínfima parte. En otras palabras, conectar los puntos.
Eso es lo que hace el Búho, autor espiritual de este libro, y lo que ha buscado Juan Carlos Torres, su álter ego, durante varios años de indagaciones, viajes y encuentros, con la ayuda de medicinas sagradas, como el yagé o ayahuasca, el iboga, la huachuma, el kambo y el bufo, además de terapias hipnóticas y una peregrinación de cuarenta días por el Camino de Santiago de Compostela. Una exploración sustentada por las prácticas y saberes ancestrales de los pueblos originarios.
Este libro es la crónica de esa búsqueda y de los hallazgos que cambiaron la vida de su autor, como pueden cambiar las de sus lectores. Es el diario de un viaje —un viaje de conocimiento— al interior de nuestro Ser inmortal: el UNO colectivo que nos reúne y nos revela.
Una llave. Esta no es una novela. Esta no es una creación literaria. Esta no es una ficción para distraernos de la verdad desconcertante —o maravillosa— de la existencia. No es un tratado científico o erudito. No es un relato de percepciones. No es un juego —aunque forma parte de un juego—. No es un entretenimiento más.
Es un testimonio. Un testimonio y, a la vez, una llave. Una diminuta llave que puede ayudar a descifrar el código de la vida. Así, sencillamente: una llave para descifrar el código de la vida. Puede leerse como un cuento, pero no es un cuento. Cada suceso narrado, cada escena de esta obra que se va tejiendo con los retazos del tiempo, se basa en la realidad: una realidad que va más allá —mucho más allá— de lo que vemos y sentimos.
La realidad de la existencia. O dicho aún mejor: la realidad del sueño de la existencia. Aquí está la llave. Tómela e insértela en el pequeño orificio que abre todos los misterios. O déjela a un lado. Es su decisión. Porque tarde o temprano la usará, como lo hizo Juan Carlos Torres, autor del libro.
Puede ser… AHORA.
Soy Búho: un viaje de conocimiento. Más allá de títulos o cargos, de premios literarios o de sus otras publicaciones, lo que plasma el autor en esta obra es el resultado de décadas de estudio e interés sobre temas espirituales y esotéricos, condensadas en sus experiencias mágicas y al mismo tiempo reales. Toda biografía se hace irrelevante frente a la única frase con la que quisiera ser descrito: un indagador de los misterios del universo.
Sobre el autor:
En su perfil de Twitter, Juan Carlos Torres (Bogotá, 1963) se define como “un viajero espiritual, un peregrino más en el camino de la vida”. En esta definición está la clave de su nuevo libro,
Torres es un escritor con amplia experiencia en los temas de la historia contemporánea colombiana. Es abogado de la Universidad Javeriana de Bogotá, con especialización en Relaciones Internacionales de la Universidad Jorge Tadeo Lozano.
Ganó el Primer Concurso Nacional de Cuento Fernando Soto Aparicio (1990). Ha publicado el poemario Sueño y eternidad (1981), Operación Jaque: la verdadera historia (2008), El gran libro del bicentenario (2010), como editor y compilador, y Una conversación pendiente (2021), en coautoría con Ingrid Betancourt y Juan Manuel Santos. Ahora incursiona en la literatura de exploración personal, espiritualidad y esoterismo con este libro singular.
Algunos fragmentos:
«Al final no me importaba tanto si venía de mi memoria ancestral o de mi subconsciente; era información relevante que iluminaba mi camino en este mundo y hacia el despertar».
«Más que paz, incluso más que amor, lo que sentí en esta dimensión a la que me abrí fue plenitud. La plenitud del ser. Y esa visión —que no fue visión, sino experiencia— abrió un horizonte infinito a mi conciencia».
«Cada alma que recuerda —así sea un poco— su verdadero ser, hace que las demás comiencen a recordar. Es como una chispa que se enciende, y luego enciende a otra y esta enciende a otra, hasta que todas esas chispas, convertidas en llama, en relámpago, en destello, terminan por iluminar y revelar lo que siempre ha estado ahí, solo que cubierto por las sombras».