Álvaro Ayala Tamayo
El daño está hecho. El dólar nunca regresará a 4 mil pesos. Ha iniciado calentamientos y preparatorios para ascender al sexto piso. No se trata de reyertar si el peso nuestro es o no la moneda más desvalorizada del mundo. Eso no quita ni pone a su debilidad. El perjuicio para las deudas públicas y privadas, equivale al valor de la reforma tributaria. En menos de 3 meses el monto por intereses y deuda es superior al 25 por ciento. Eso quiere decir que, por cada mil pesos, desde el pasado 7 de agosto, hoy debemos 1.250 pesos. Digo debemos, porque la deuda pública la pagamos todos los colombianos.
Tampoco es inteligente y sensato perjudicar a los empresarios que se endeudan en dólares para fomentar empleo y hacer crecer sus fábricas. Lo único que baja es la confianza de los gerentes y consumidores. Si el doctor José Antonio Ocampo estudió economía para incendiar el país cobrando impuestos, perdió el tiempo. Ese trabajo lo hace cualquier iletrado y no requiere inteligencia, sino crueldad.
El país está histérico por la reforma tributaria cuyo padre es el ministro de hacienda. No es la madre del citado agravio, porque una progenitora jamás hace algo para perjudicar a sus hijos. Solo un hombre es capaz de hacer ese trabajo sucio. Si fuera alumno del doctor Ocampo, apuntaría con detalle en el cuaderno para hacer lo contrario cuando sea profesional. Incluso, buscaría la forma de pedirles a los directivos de la universidad el regreso del dinero de la matrícula para cambiar de carrera.
Si las facultades de economía sólo gradúan alcabaleros, estamos ante la profesión más miserable del mundo. Estudiar para hacerle daño a la gente y las empresas es una misión degradante. Hay economistas de otra escuela con sentimientos nobles y más humanos. Conozco profesores que manejan otras fórmulas para aliviar los dolores económicos.
El presidente Gustavo Petro, sus ministros, congresistas y demás funcionarios no han entendido que una palabra de ellos bastará para alborotar el miedo ambiente. El doctor Petro se preparó muchos años para ser presidente y ojalá lleve el país a buen puerto. Si sigue como va, pronto la gente extrañará a Duque.
Todo el buró del presidente debe entender que, al hablar, chatear o trinar, producen el efecto “pasta dental “. Después de oprimir es imposible regresarla al tubo. EEUU no es el problema, es la solución. Es nuestro mejor y mayor socio comercial. El enemigo es Putin. El gobierno de Washington también está pasando aceite por culpa del terrorismo ruso contra Ucrania. El fortalecimiento del dólar ha hecho que los productos Made in USA, se vendan menos y sus empresas hoy registran caídas descomunales en el valor de sus acciones. A los gringos no les interesa perjudicarnos. Somos sus mejores aliados de la región. Con republicanos y demócratas siempre hemos tenido relaciones cordiales. Económicamente nos han dado la mano. Si el presidente Petro, no considera la derecha como el modelo político para el país, debe jalonar la economía. No creemos que sea de su agrado regresarle el poder a Paloma Valencia, o, a “ Fico “ Gutiérrez.