Las incertidumbres del gobierno de Petro

30 octubre 2022 12:46 am

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José Gustavo Hernández Castaño (*)

A menos de tres meses de iniciado el gobierno de Gustavo Petro nada en un mar de incertidumbres.

Incertidumbres de los ciudadanos, sí efectivamente les podrá cumplir con las promesas de campaña y por las cuales votaron por él.

Incertidumbre de los partidos del establecimiento, convertidos en partidos de Gobierno, esperando el cumplimiento de los compromisos pactados con él. Los que, nadando a contracorriente de sus ideologías, o mejor, de los retazos que quedan de ellas, si es que aún las conservan, y que los tiene enredados con la parte radical que cuestiona su proceder; y, entre ellos, las incertidumbres de sus electores doctrinarios que no se dan a la idea de verlos comprometidos con un gobernante de izquierda. Esa es la suerte de estos partidos llamados por el reconocido historiador, Álvaro Tirado Mejía, como partidos garrapatas, los que se pegan de todos los gobiernos para chupar beneficios.

Incertidumbre de los radicales de izquierda que empiezan a pensar en guardar distancia de un presidente que fue, uno como candidato y, otro, como presidente.

Incertidumbre de los movimientos y partidos, miembros del Pacto Histórico y sus aliados cercanos, que no tienen seguro si este gobierno podrá salir avante con las reformas que prometieron en campaña.

Incertidumbre de los mercados que generan volatilidad de las divisas, y, estas con sus oscilaciones generando mayor incertidumbre.

Incertidumbres al interior del Gobierno por los frenéticos y continuos cambios de los textos de las reformas tramitadas en el Congreso.

Incertidumbres en el Congreso en el trámite de las reformas, por las vacilaciones y las presiones de los partidos de gobierno.

Incertidumbres de los partidos, y en especial del Pacto Histórico en las regiones, esperando que los cambios se vean reflejados y se traduzcan, en resultados políticos, en las próximas elecciones locales del 2.023.

Incertidumbres al interior del Pacto Histórico en el Quindío (parece que es igual en todos los departamentos) por los multivariados liderazgos con tintes personalistas que lo tiene atomizado y que no le permite enviar un mensaje claro de quién actúa con la oficialidad para la interlocución válida con otros actores políticos.

Incertidumbres y más incertidumbres que abonan el terreno político a la oposición y a los contradictores de Petro y del partido de gobierno.

No existe en el Gobierno de Petro una acción comunicativa unificada que genere confianza, lo que los ciudadanos perciben a diario es que, hay un presidente actuando, y un gabinete protagónico, cada uno hablando, sin unidad de política al mando, produciendo ruido y no sinfonía gubernamental.

En medio de estas incertidumbres, algunos, se apresuran a anunciar su hundimiento, su fracaso, y a proclamar el resurgimiento de los tres huevitos de Uribe. Otros, el Petrismo dogmático acostumbrado a la zalema y las glorificaciones, declarando que nada pasa. Ni lo uno, ni lo otro.

Emitir un juicio sobre el gobierno, ahora, resulta bastante prematuro, solo los cambios y las reformas prometidas, convertidas en realidades, así sean parciales, acabarán con las incertidumbres y darán el rumbo claro a una nueva nación, un nuevo gobierno, y una nueva política.

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