Hablando de inflación

8 noviembre 2022 2:54 am

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Aldemar Giraldo Hoyos

Para aquellos que piensan que la inflación en Colombia es causada por la política económica de Petro, es bueno que indaguen, previamente, en fuentes fidedignas y de valor real.

Antes de leer sugiero mirar noticieros internacionales y escuchar comentaristas económicos de índole internacional; lo grave es que muchos terroristas de las redes sociales y de medios de comunicación manipulan grandes grupos, muy sugestionables, por medio de discursos sin fundamento y cargados de sorna, la mayoría de las veces, con desconocimiento de lo que es la economía y con incapacidad para diferenciar entre inflación, devaluación y recesión.

Esas verdaderas arengas económicas o politiqueras crean un inminente clima desfavorable para el país con un efecto boomerang que acentúa la inseguridad económica y favorece conductas evasivas.

La inflación acumulada en nuestro país en el año 2022 es del 10.1 % y la variación acumulada del IPC ha sido del 11.4%; en Estados Unidos, los nuevos datos del porcentaje de inflación muestran que los precios están incómodamente altos a pesar de las medidas agresivas de la Reserva Federal para controlar la inflación más alta en décadas (6.5%) y la tasa de variación del IPC, a septiembre de 2022, ha sido del 8.2%, a pesar de que Estados Unidos ha mostrado ser un país con una economía bastante fuerte.

Nuestros agitadores económicos, también, deben mirar un caso especial en América Latina: en Argentina, el nivel general del índice de precios al consumidor (IPC), aumentó 6.2% mensual en septiembre de 2022 y acumuló un alza de 66.1%  en los primeros 9 meses del año, en la comparación interanual registró un incremento de 83.0%

En este momento hay tres monedas circulantes en Argentina: peso argentino, dólar oficial y dólar blue; las transacciones se hacen en efectivo par que no haya trazabilidad en las transacciones y para evadir los impuestos sobre las mismas; en este momento ocupa el tercer puesto, a nivel mundial, entre países evasores; la recaudación representa el 28% del PIB cuando debería representar el 45% del PIB.

El negocio del turista es llevar dólares americanos y cambiarlos por pesos argentinos para pagar en efectivo; por cada dólar recibe $280 argentinos en el mercado negro; si la transacción se hiciese en forma oficial, por cada billete verde recibe sólo $163,56 argentinos. Nadie quiere comprar o vender con tarjetas de crédito, pues la transacción se vuelve muy onerosa.

Uno va a comprar un tiquete aéreo internacional, en Buenos Aires y para llevar el pago en pesos argentinos necesita una bolsa honda.

Ante tanto mercado ilegal y subterráneo, la crisis se agravará todos los días, pues el fisco recibe menor contribución de los argentinos; lo que uno lleva en el bolsillo o guarda en la casa tiene un valor adquisitivo mañana y así, hasta no sabemos cuándo.

Colombia no es ajena a la situación económica mundial ni es responsable de lo que pasa afuera, además; la economía global no se sacude por los estornudos de Petro; como decía mi abuela: “ Uno puede estar a favor de la globalización y en  contra de su rumbo actual, lo mismo que se puede estar a favor de la electricidad y contra la silla eléctrica”.

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