Hiperinflación

9 noviembre 2022 5:14 pm

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Álvaro Ayala Tamayo                            

Sería importante para el país que el gobierno leyera el significado del canario en la mina de carbón. Las señales de alerta son para enfrentar los malos tiempos que están por llegar. Lo único que valoran los mercados son las certezas. Colombia está próxima a ingresar al desacreditado club de la hiperinflación.                                

Los discursos y acciones del gobierno no generan confianza. Pareciera que algunos funcionarios están compitiendo para ser los primeros descabezados de esta administración.  No han entendido que produce más volatilidad decir que hacer.             

Para completar el mal momento, que no es su culpa, los estragos causados por el invierno, y lo que falta, pasarán factura. Aunque no todo será malo para 2023. Los especialistas pronostican barril de petróleo a U$ 200. El chorro de dólares por esas exportaciones ayudará mucho.                                          

Los mercados no le comen cuento a nadie, ni se dejan engañar. Son independientes, autónomos y ningún gobierno, ni político los puede manipular. Ahí radica su credibilidad. Los resultados son fruto de la inteligencia artificial y las computadoras cuánticas. El software se alimenta de cifras reales para desarrollar estadísticas exactas.                                          

La única herramienta que nos queda para frenar ese peligroso ascenso de inflación hasta hiperinflación es que el Banco de la República no se deje permear.                             

OTRA. Estamos luchando contra el cambio climático y el presidente Gustavo Petro se fue de turismo ecológico a Egipto. Una contradicción recorrer medio mundo en el avión oficial para un discurso que no cambia nada, pero sí arroja millones de toneladas de carbono. Los aviones son el peor lastre para el cambio climático.  La polución es en las calles de las ciudades y las autopistas aéreas.              

Y, como de asuntos absurdos estamos hablando, ahora salen con el cuento de hacer una válida de Fórmula 1 en Barranquilla. Bien cara la gasolina y tremenda contaminadora, para que impulsen ese desastre ecológico que les dará muchos dólares a pocos y enfermedades pulmonares a todos.  ¿No dizque estamos luchando contra el nefasto derroche de los combustibles fósiles? ¿Les tendremos qué subsidiar los millones de galones de combustible gastados en los entrenamientos y carrera a los magnates del evento?

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