El gato más longevo documentado que haya existido, de nombre Crème Puff, llegó a tener 38 años y tres días. Murió el 6 de agosto del año 2005.
Ahora podríamos estar en busca de otro récord. Se trata de la gata Flossie, una gata callejera que fue adoptada por un trabajador del hospital, de Merseyside en Liverpool, al noroeste de Inglaterra, en los primeros meses de su vida en 1995, con quien vivió 10 años hasta que falleció su primer dueño.
Después fue acogida por la hermana de su dueño, y tras 14 años, al morir su segundo dueño, pasó a manos del hijo de éste, durante tres años, cuando pasó a la asociación Cats Protection, fundada en 1927, han ayudado a una gran cantidad de gatos y 1,5 millones de gatitos han acabado en familias.
Precisamente es desde la Asociación que están intentando documentar su edad. “Nos quedamos estupefactos cuando vimos que los registros veterinarios de Flossie mostraban que tenía 27 años”, dijo Naomi Rosling, coordinadora de la organización benéfica.
Destacan que con esta historia quieren concienciar sobre los gatos mayores, para que no acaben sus vidas en refugios o asociaciones, y puedan estar con familias, pese a las reticencias de éstas que buscan siempre gatitos recién nacidos o mucho más jóvenes.
Flossie tiene ahora un nuevo hogar con Vicki Green, de Orpington, que tenía experiencia en el cuidado de gatos mayores. Lo que Vicki no podía saber era que le estaba dando un hogar a una gata de récord.
Vicki, que también tiene 27 años, dijo: “Sabía que Flossie era un gato especial, pero no imaginé que compartiría mi hogar con un poseedor del título Guinness World Records. Es tan cariñosa, juguetona y dulce, sobre todo cuando recuerdas la edad que tiene. Estoy inmensamente orgullosa de que Cats Protection me haya emparejado con un gato tan increíble”, declaró.
“Es sorda y le falla la vista, pero nada de eso parece molestarla. Ella está completamente con eso, ama el cariño y tiene muy buen apetito. Nunca levanta la nariz ante la posibilidad de una buena comida, excepto cuando está acurrucada en su manta amarilla favorita”.
Craig Glenday, editor de GUINNESS WORLD RECORDS, dijo: “Estábamos muy emocionados de escuchar sobre la encantadora Flossie y celebrar su larga vida. No todos los días te encuentras con un gato que ha existido desde mediados de los noventa. Este es el equivalente humano de más de 120 años, lo que la pondría a la par con Jeanne Calment, la supercentenaria francesa que vivió hasta los 122 años y 164 días y tiene el récord de la persona más anciana de la historia”.