Álvaro Ayala Tamayo
El tercer hombre más rico del mundo, Jeff Bezzos, recomendó no comprar neveras, carros, televisores, ni otros productos costosos. Lo ha dicho de buena fe y por el bien de todos. Ya no es el jefe de Amazon, pero si, el mayor accionista. Si la gente sigue de compras su fortuna seguiría aumentando considerablemente. Con su advertencia se está adelantando a los acontecimientos sobre la terrible recesión que enfrentaremos el próximo año. Bezzos quiere que, a todos nos vaya bien, o, no tan mal, en esta hecatombe social y económica.
La crisis financiera del Reino Unido es la señal enviada por los mercados para saber lo que nos espera a nivel local en 2023. Tenemos un problema adicional, la pobreza que heredaremos de este apocalíptico invierno. El IDEAM no tienen fecha estimada hasta cuando avanzará este clima. Esa incertidumbre se traduce en volatilidad.
Además del desastre de las inundaciones y pérdida de casas, los cultivos llevan la peor parte. En términos más prácticos, el próximo año los alimentos escasearán y los pocos que haya en las góndolas de los supermercados tendrán precios muy, muy elevados.
Cuando se pierden las cosechas, detrás hay millones de campesinos y empresarios que también quedan en la ruina. Sería bueno que el gobierno nacional encabezara una campaña para que gobernaciones y municipios ampliaran los límites de construcción de viviendas sobre las orillas de los ríos, para evitar mayores desastres hacia el futuro.
La historia dice que siempre habrá inundaciones y sequías, por lo tanto, debemos aprender a convivir con la naturaleza en situaciones extremas. No podemos olvidar que los ríos nunca pierden la memoria y algún día regresan a su cauce. Por muy bien que enfrente la situación el presidente Gustavo Petro, la crisis es global, y en nada se parece a las del 2000 y 2008.
La gente y las empresas están sin dinero por las altas tasas de interés y la crisis energética por el genocidio ruso contra Ucrania. A propósito, las autoridades de ciudades como Santa Marta, Cartagena, Barranquilla y demás, ¿cuándo iniciarán las construcciones de los diques para evitar su desaparición? No olvidemos que los polos los estamos derritiendo con el calentamiento global. Luego, el mar aumentará su nivel y las ciudades costeras que no estén preparadas, desaparecerán.
OTRA. Ya habíamos advertido en esta columna que cuando aprobaran la reforma tributaria, sería necesaria otra. Dicho y hecho. La que anuncia el ministro José Antonio Ocampo, será más dañina que la actual. Vendrá con sus racimos de bananos para los orangutanes que piensan meter.
OTRA. Es hora que en Colombia exista un censo agrícola. No sabemos cuántos campesinos hay. Cuántos empresarios agrícolas están registrados. Qué producen las regiones con sus diferentes pisos térmicos. Y unas cosas más que reclama la modernización del campo colombiano.