Fútbol: negocio como acción social

3 diciembre 2022 5:14 pm

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Guillermo Salazar Jiménez

"El Presidente Petro nos ha hecho unas propuestas muy interesantes. De momento las vamos a valorar, pero será una realidad que tendremos una academia, o dos, en Colombia. Bien sea Costa Caribe, Costa Pacífica o Bogotá", leyó Rusbel Caminante de Joan Laporta, presidente del Barcelona, España, en entrevista publicada por El Espectador. Se enteró que este equipo –uno de los más importantes del mundo por títulos ganados y como empresa financiera -, se destaca por su empeño en cumplir acciones sociales a través del fútbol.

Juana, aquella amiga, comentó que el fútbol pasó de diversión a inversión; de juego a forma de vivir. Para muchos es pasión, ideología, religión o negocio. Agregó que el balón empezó a rodar en Catar, como sede ganada por los petrodólares en juego, pues los campeonatos mundiales avanzaron a competir por las ganancias que el consumo brinda a la sociedad de masas ávidas de entretenimiento. Por ello, resulta lógico que equipos y futbolistas se empeñen en cumplir funciones sociales paralelas al deporte, añadió que los objetivos de ayudar a niños y jóvenes de zonas deprimidas por medio del fútbol son válidos para, quizás, ocultar intereses económicos.

El fútbol como negocio hace parte del mundo actual, dijo Rusbel Caminante, paralelo a los campeonatos hay empresas que los coparon. Le ganaron el partido inicial y, con la irrupción de la cultura deportiva industrial, no hay oponente capaz de derrotar tales monopolios. El otrora ideal deportivo y los valores éticos del fútbol, como competición sana y amistosa, desapareció para dar el pitazo inicial a la propaganda y al comercio. Continuó para certificar que, en este contexto, el señor Laporta busca áreas pobres de las costas Caribe y Pacífica para fundar otras academias de fútbol, iguales a las de Arauca, Buenaventura y Tumaco. Los niños de estas zonas juegan contra el hambre y la miseria, son miles que se hacen hinchas del Barcelona, porque hoy hacen parte de su academia, pero mañana se endeudaran para comprar la camiseta cada que renueve sus pintas.

Juana, aquella amiga, consideró que el fútbol, por su alto impacto social, podría utilizarse para promover valores éticos de compañerismo, respeto por el otro, solidaridad, trabajo en equipo e igualdad. Que, unidos al compromiso por el cambio, podrían convertir al país en lugar para vivir en paz. Eduardo Galeano lo dijo claro: “En el fútbol, virtual sublimación de la guerra, once hombres de pantalón corto son la espada del barrio, la ciudad o la nación.” Añadió que, por sus enormes ganancias, el fútbol se lo tomaron las empresas del mundo de los negocios. Los campeonatos pasaron de los estadios a las empresas, se juegan de manera paralela en los escritorios de industriales y negociantes. Remató con el periodista alemán Santiago Flores, en Fútbol y manipulación social, donde afirma que el fútbol “Está presente en cualquier parte del mundo y tras él hay intereses ocultos. Unos pocos lo utilizan como instrumento de poder. Un poder para hacer dinero, controlar y manipular”.  

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