Suicidio

13 diciembre 2022 7:20 pm

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Juan Carlos Murcia

Así tituló el pintor, fotógrafo hiperrealista y escritor francés Édouard Levé la que sería su última novela. Diez días después de entregarla a Paul Otchakovsky-Laurens, su editor, al caer la tarde del 15 de octubre de 2007, su esposa lo encontró ahorcado en su apartamento de París. Tenía 42 años.  

Suicidio relata algunos aspectos de la vida de uno de sus amigos de adolescencia. Un hombre que a los 25 años decidió pegarse un tiro en la cabeza. Ya había esbozado la escena al final de Autorretrato, la autobiografía que escribió de un tirón en un solo párrafo de 93 páginas. Una obra delirante y descarnada en la que narra su vida y su singular forma de ver el mundo. Una reconstrucción de la memoria fragmentada que no responde al orden cronológico casi siempre empleado en este subgénero literario, sino al arbitrio caprichoso de sus gustos, hábitos, manías, fobias y supersticiones. En Suicidio, Levé le habla a su amigo. Lo indaga. Lo busca. No lo encuentra. El suicida súbito es su trasunto. Es Levé, dialogando consigo mismo. Suicidio es la prolongación de Autorretrato. El desenlace previsto. Un reconocimiento a la muerte autoinfligida como forma de arte, cuando la vida dedicada al arte genera angustia. "Tu suicidio se ha transformado en el acto fundacional", escribe anticipando su propia muerte, "y tus actos anteriores, a los cuales creías liberar del peso del sentido con ese gesto que te gustaba por absurdo, se ven por el contrario enajenados".

Ya había intentado suicidarse en una oportunidad. Incluso, en Autorretrato, fantasea con la idea. “En mis rachas de depresión, visualizo cómo sería mi entierro si me suicidara, hay muchos amigos, tristeza y belleza, el evento es tan emotivo que me dan ganas de vivirlo.”

Levé dedicó gran parte de su vida a la creación. Después de estudiar negocios en la Escuela Superior de Ciencias Económicas y Comerciales, se inclinó por la pintura abstracta. Fue el primer paso en su trayectoria artística, pero no su vocación. “Ejercí la pintura de 1991 a 1996. Pinté unos quinientos cuadros, vendí unos sesenta, unos cien están guardados en las dependencias de una casa en Creuse, los demás los quemé”. Esta suerte de desavenencia con su obra pictórica, coincide con su regreso de un viaje de dos meses a la India, luego del cual opta por convertirse en fotógrafo conceptual. Poco después, influido por la obra Raymond Roussel, comienza a escribir. “Más que a Joyce, que escribe cosas banales con palabras extraordinarias, prefiero a Raymond Roussel, que escribe cosas inverosímiles con palabras comunes.”

En 2002 publica Euvres, su primer libro, una enumeración de 533 proyectos de arte contemporáneo que abarca pintura, escultura, videoinstalación y fotografía. En 2004 se aventura con Journal, un diario de noticias reales tomadas de la prensa escrita en el que nombres propios, lugares y fechas son borrados con la intención de evidenciar la frivolidad del periodismo en el siglo XXI. Después vendría Autorretrato. El libro que escribió en tres meses, en sus noches de descanso en hoteles de carretera, cuando viajó por Estados Unidos fotografiando pueblos con nombres de grandes metrópolis esparcidas por el mundo. Suicidio es su cuarto y último libro. El punto final. La consumación del hastío. La deuda saldada en 79 tercetos escritos a manera de remate, el último de ellos, magistral:

 

"La felicidad me precede

La tristeza me sigue

La muerte me espera".

 

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