Iván Restrepo
Si hay algo que recuerdo de mis viajes en avión en el pasado, digamos 30 años hacia atrás, eran las deliciosas comidas a bordo. Obvio, teniendo claro que nunca fue lo mismo en los viajes domésticos de una hora o menos, hago remembranza de esos vuelos largos con menús hasta diseñados por chefs de alto renombre.
Avianca, nuestra aerolínea de bandera por allá a finales de los años 80´s, dejo en manos del chef de moda, Paul Bocuse, padre de la famosa Nouvelle Cuisine, el diseño de los diferentes menús para sus vuelos tanto nacionales como internacionales. Esta propuesta gastronómica dio pie para el diseño de una campaña de publicidad muy aceptada por los viajeros, quienes optaron por Avianca versus otras aerolíneas de la época precisamente por una propuesta gastronómica en la que hasta los vinos fueron muy bien seleccionados, de forma tal que maridasen perfectamente con los menús del día. Como es de esperarse, existía una marcada diferencia entre los menús de clase económica y de primera y la business class; recuerdo bien un vuelo entre Caracas y Frankfurt en Lufthansa, volando en primera clase, en el que la experiencia gastronómica al momento de la cena es digna de recordar, sobre todo en estos los tiempos de comida chatarra servida en los aviones: Para comenzar, una copa de champaña Dom Perignon en copa flauta, Servilletas de algodón, cubiertos Christofle, una pequeña flor en solitario de decoración; entrada a base de caviar beluga, para luego, un deliciosa carne roja con sus guarniciones respectivas; un vino tinto excelente, luego un fantástico postre y para terminar una humeante taza del mejor café de nuestra tierra. Pude en ese viaje constatar el modelo de servicio en la clase económica y no se alejaba mucho del servicio en la primera clase. Eran los tiempos en los que hasta existía una etiqueta de vestido para viajar, contrario a la actualidad, cuando viajamos más pensando en la comodidad, con zapatos tenis, camiseta, pantalones holgados, entre otros.
En un nuevo contexto, tuve la experiencia de viajar hace cosa de un mes a Buenos Aires en la misma aerolínea, pudiendo notar la inmensa diferencia en la propuesta gastronómica, comparada con la de mi anterior relato. En pocas palabras: nada que ver, teniendo en cuenta que este es un vuelo de 6 horas y 25 minutos. Precisamente es en este vuelo en el que me enteré de primera mano de los planes de ofrecer un modelo de comidas abordo bajo la modalidad de pago efectivo a diciembre 1 2022, lo cual, para un pasajero frecuente (como solía serlo antes de mi retiro) tomé con sorpresa.
Esto contradice todas las lecciones y practicas de marketing acumuladas en mis +50 años de estar volando por el mundo. No entiendo como una aerolínea estima que rebajar en el servicio de comida, –factor este de alta recordación—le va ser útil y más cuando es bien sabido los problemas financieros por los que está atravesando. Lo poco que he aprendido en temas de mercadeo me dice que de pronto, si actuase al contrario, podría captar muchos más usuarios.
Invito a mi querida aerolínea, nuestra aerolínea que una vez fuera orgullo de Colombia, a que le saque más provecho a los análisis de competencia (bench markings) que debe de haber llevado a cabo y ponga en sus objetivos: SER LA MEJOR AEROLINEA DEL MERCADO ACTUAL en donde destaque ventajas comparativas no solo en la comida sino también en el servicio a bordo; no me cuadra mucho el modelo tienda de ropa usado actualmente: SSX, S,M, L. o eso de cobrar penalidades cuando un pasajero cambia su vuelo para uno anterior al reservado, cuando al contrario de lo usual, le esta dando la oportunidad a la aerolínea de vender esa silla a un mejor precio por aquello del Yield o Revenue Management.
Al sinnúmero de quejas recibidas por la aerolínea en su Twitter, esta es la respuesta que reciben quienes se atreven a denunciar los altos precios de algunos de sus productos para la venta:
¿Sabes cuál es el valor de llevarte a 36.000 pies de altura un producto? 😳 Tranquila, nosotros te lo decimos; el transporte, refrigeración y distribución también cuentan. Este tema amerita otras columnas.
Hasta la próxima mis queridos lectores, aprovecho para desearles una feliz navidad.
