Científicos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) han señalado que el aumento de casos de covid-19 en China pone en duda el final de la emergencia mundial. Expertos han indicado que puede ser demasiado pronto para declarar el fin global de la emergencia pandémica.
“La pregunta es si se puede llamar postpandemia cuando una parte tan importante del mundo está entrando en su segunda ola”, ha afirmado la viróloga Marion Koopmans, integrante de un comité de la OMS encargado de asesorar sobre el estado de la emergencia de coronavirus.
“Está claro que estamos en una fase muy diferente, pero en mi opinión, esa ola pendiente en China es un comodín”, ha agregado.
China ha impuesto desde el inicio una estricta política contra el covid-19 que ha mantenido las cifras de infecciones y muertes a nivel bajo en comparación con otros países. No obstante, la relajación de las políticas en las últimas semanas, impulsadas por la presión social de manifestantes, ha cambiado la situación, alcanzando altas tasas de contagios.
La Comisión Nacional de Sanidad de China informó el pasado miércoles de 3.101 nuevos casos de covid detectados en la víspera por los 2.722 del día anterior. En las últimas fechas, las ciudades chinas han cancelado las campañas de pruebas PCR constantes a todos sus residentes que eran habituales desde hacía meses, lo que se traduce en la detección de menos infectados. Además, las autoridades sanitarias dejaron recientemente de contar los casos asintomáticos porque ya “no es posible determinar su cantidad real”, informa EFE.
De los 3.101 casos detectados el martes, 3.049 son locales y 52, importados, con la mayoría de los contagios por transmisión local localizados en Cantón, Pekín y Jiangxi.
Según las cuentas de la Comisión, desde el inicio de la pandemia el país ha registrado un total de 386.276 contagios y 5.241 fallecimientos, con 37.111 casos activos, 329 de ellos graves en este momento.
Recientemente, la prensa oficial ha comenzado a minimizar el riesgo de la variante ómicron a través de numerosos artículos y entrevistas a expertos, un giro de argumento que acompaña a la relajación de algunas de las medidas más estrictas de la política de cero covid, vigente desde hace casi tres años.
Las autoridades ya han afirmado que se dan las condiciones para que el país ajuste sus medidas en esta nueva situación en la que el virus provoca menos muertes, aunque también han anunciado un plan para acelerar la vacunación de los ancianos, uno de los grupos más vulnerables, pero a la vez más reticentes a inocularse.
Asimismo, el Ejecutivo chino anunció este mes que permitiría aislarse en sus casas a los infectados asintomáticos o con síntomas leves, e indicó que ya no será necesario tener una prueba negativa de covid para entrar en la mayoría de lugares y establecimientos, con excepción de hospitales o escuelas.
Los cambios llegaron después del hartazgo ante las restricciones en diversas partes del país tras la muerte de diez personas en un edificio aparentemente confinado en Urumqi, con consignas como “no quiero PCR, quiero comer” o “devolvedme mi libertad”.
El Gobierno defiende que ha salvado millones de vidas mediante el ‘cero covid’, que consiste en el aislamiento de todos los contagiados y sus contactos cercanos, estrictos controles fronterizos, confinamientos parciales o totales en los lugares donde se detectan casos y pruebas PCR constantes a la población.