Federico Acevedo
Se puede afirmar que la economía chilena durante la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1989) fue un fracaso porque presentó un crecimiento bajo e inestable y, además, hubo un aumento en las desigualdades económicas y en la pobreza.
El crecimiento económico de Chile durante la dictadura militar de Augusto Pinochet fue bajo e inestable. Entre 1973 y 1989, según datos del Banco Mundial, la tasa promedio de crecimiento anual del PIB de Chile fue del 2,97 por ciento. Este crecimiento económico fue más bajo que el que presentó Chile en los años previos y posteriores a la dictadura militar. Entre 1961 y 1972, según datos del Banco Mundial, la tasa promedio de crecimiento anual del PIB fue de 4,25 por ciento. Entre 1990 y 2001, según datos del Banco Mundial, la tasa promedio de crecimiento anual del PIB fue del 5,75 por ciento.
En los 16 años de dictadura militar, hubo dos grandes recesiones, la de 1975, donde el PIB decrece 12,9 por ciento, y la de 1982, donde el PIB decrece 11 por ciento. En agosto de 1982, cuando estalla la “crisis de la deuda” en América Latina, la economía chilena tenía una gran deuda externa de carácter privado y un déficit del 21 por ciento del PIB en cuenta corriente. Estas condiciones provocaron que Chile tuviera la mayor caída del PIB entre los países latinoamericanos (Ffrench-Davis, 2017). A pesar de que la crisis estalla después de que México se declara en default, la caída de su PIB no es comparable con la de Chile. Mientras la tasa de crecimiento del PIB de México fue del -0,5 por ciento en 1982, según datos del Banco Mundial, la de Chile fue del -11 por ciento. La actividad económica se contrajo mucho más en Chile que en México. Resulta paradójico que la “crisis de la deuda” haya sido el punto de inflexión en América Latina para el cambio de paradigma económico, del modelo de Industrialización por Sustitución de Importaciones al modelo neoliberal, cuando el país que más decrece por cuenta de dicha crisis fue Chile, justo el país que ya había abandonado la Industrialización por Sustitución de Importaciones y que ya había hecho el tránsito al modelo neoliberal.
En cuanto a la tasa de pobreza, esta aumenta considerablemente durante la dictadura de Augusto Pinochet. Según la encuesta CASEN (como se citó en Ffrench-Davis, 2017), el 45 por ciento de los chilenos se encontraba en condición de pobreza en 1987. En 1970, la tasa de pobreza se ubicaba en el 20 por ciento.
Además de una reducción drástica del gasto público (incluida la inversión pública), la principal razón del bajo crecimiento e inestabilidad se encuentra en una liberalización comercial muy rápida y sin un tipo de cambio flotante. La rápida liberalización produjo un crecimiento mucho más rápido de las importaciones que de las exportaciones, lo que produjo un gran déficit en cuenta corriente. Pese a que las exportaciones crecieron, no lo hicieron al mismo ritmo que las importaciones, por cuenta de un tipo de cambio sobrevalorado (que afecta la competitividad del sector exportador), que el régimen militar implementó para bajar la inflación. El déficit en cuenta corriente fue, entonces, financiado con deuda externa privada, lo que provocó un sobreendeudamiento que bajó la tasa de inversión:
Las debilidades del modelo quedan en evidencia cuando se desagrega la composición del PIB. En primer lugar, dado que hubo un aumento tanto en el nivel como en el costo del endeudamiento externo, cerca de un quinto del <> del PIB por habitante, contabilizado entre 1974 y 1981, correspondió a pagos de intereses y utilidades al exterior, por lo tanto, restringiendo la expansión del producto nacional (Ffrench-Davis, 2017, pág. 40).
La dictadura militar de Augusto Pinochet deteriora ostensiblemente la distribución del ingreso en Chile. Entre 1970 y 1973, el coeficiente de Gini presenta un promedio de 0,467 (Lambrecht, 2011). Entre 1987 y 1990, el promedio del coeficiente de Gini es mucho mayor: 0,57 (Lambrecht, 2011). El coeficiente de Gini, entonces, aumenta más de una décima entre el inicio y el final de la dictadura. El deterioro de la distribución del ingreso también es apreciable si se analiza en el tiempo la participación del 40 por ciento más pobre de la población de Santiago de Chile en el gasto total de dicha ciudad:
Según la EPF, la participación del 40 por ciento más pobre de los hogares (quintiles I y II) en el gasto total de los hogares en Santiago disminuyó de 19,4 por ciento en 1969 a 14,5 por ciento en 1978 y a 12,6 por ciento en 1988. En cambio, el quintil más rico mejoró fuertemente su posición, pasando de captar 44,5 por ciento en 1969 a 54,9 por ciento del gasto total en 1988. Este fue el único quintil cuyo gasto por hogar se elevó en términos reales entre 1969 y 1988 (Ffrench-Davis, 2017, pág. 222).
Durante los años de la dictadura, el salario mínimo real y el promedio de las remuneraciones reales disminuyeron, lo que evidentemente contribuyó al aumento de las desigualdades. “Al final de la dictadura, el nivel del salario mínimo y el promedio de las remuneraciones eran menores que en 1970, después de transcurridos dos decenios. Notable fracaso económico-social” (Ffrench-Davis, 2017, pág. 220).
El aumento de la desigualdad en el ingreso durante la dictadura de Augusto Pinochet tiene varias causas. En primer lugar, la dictadura realiza una reforma tributaria que redujo fuertemente la participación de los tributos directos y de mayor progresividad en el total de impuestos. Además, el régimen militar suprime la mayoría de los derechos sindicales existentes, lo que contribuye, en gran medida, al deterioro de los salarios reales (Ffrench-Davis, 2017).
El aumento de la desigualdad en la riqueza se debe principalmente a tres razones: 1) el proceso de privatización de las empresas públicas en un contexto nacional de tasas de interés altas 2) la contrarreforma agraria y 3) el sesgo regresivo en la estatización de gran parte de la deuda privada, posterior a la crisis de 1982. En un contexto de altas tasas de interés internas, debido a la liberalización financiera interna, los únicos que pueden adquirir las empresas estatales son los más ricos entre los ricos, que son quienes tienen acceso al crédito externo y, por lo tanto, a unas tasas de interés más bajas. El régimen militar, además, deshace gran parte de la reforma agraria adelantada por los gobiernos de Frei y Allende. Solo un tercio de la tierra que había sido expropiada durante la reforma agraria queda en manos de pequeños agricultores, que deben venderla poco tiempo después, debido a la suspensión de la ayuda técnica por parte del Estado y a la suspensión del acceso al crédito. Finalmente, luego de la crisis de la deuda de 1982, el Estado otorgó generosos subsidios a los grandes deudores, mientras se mostró renuente a subsidiar las deudas de las organizaciones laborales y populares (Ffrench-Davis, 2017).
En conclusión, se puede afirmar que el manejo de la economía chilena por parte del régimen militar de Augusto Pinochet fue un fracaso porque redujo el ritmo del crecimiento económico, aumentó la inestabilidad del sistema, aumentó la tasa de pobreza y aumentó las desigualdades de ingreso y de riqueza.
Referencias bibliográficas
Ffrench-Davis, R. (2017). Reformas económicas en Chile 1973-2017. Editorial Taurus, Santiago de Chile.
Lambrecht, K. (2011). La distribución del ingreso en Chile: 1960-2000. Facultad de Economía y Negocios, Universidad de Chile.