Por Manuel López Botero
El primer país en abolir la esclavitud en América fue Haití, allá por el año de 1794, argumentan los historiadores que las autoridades de ese país condicionaron su ayuda al nuestro libertador, Simón Bolívar, a que dentro de su programa incluyera la abolición de la esclavitud en los territorios liberados del yugo colonial. Este propósito no lo alcanzó a vivir el Libertador porque en el caso de Colombia este flagelo fue oficialmente abolido en 1851.
Algunos tratadistas afirman que el sistema de explotación económico y social llamado esclavitud, en la antigüedad, consistía en aprovechar como mano de obra a los cautivos en las guerras. Hoy en día se considera esclava a una persona a la que le son cercenados sus derechos fundamentales de modo permanente, reduciéndola a la condición de objeto.
Según la OIT (Organización Internacional del Trabajo), actualmente se considera esclavitud a actividades tales como la trata de personas, el trabajo infantil, el reclutamiento forzado de niños y la servidumbre por deudas. Según El Índice Global de Esclavitud, estadística publicada en colaboración entre La Fundación Camino Libre, La OIT y La Organización Internacional para las Migraciones, en Colombia hay un estimado de 130.000 personas que viven en condición de esclavitud.
Dentro de este contexto, La pregunta es si ¿de verdad la Esclavitud en Colombia ha sido realmente abolida y que incidencia tienen los grupos narco terroristas en instaurar ese proceder?
Hoy en día los organismos internacionales utilizan nombres sofisticados para camuflar esta actividad. Consideremos en que consiste el “Reclutamiento Forzado de Menores”. Esta es una actividad que realizan los grupos guerrilleros en Colombia, la cual consiste en esclavizar a menores de edad para convertirlos en objetos sexuales, tanto niños como niñas, también son utilizados para vigilar a las personas secuestradas, igualmente los convierten en carne da cañón para atacar a las fuerzas regulares del Estado, con la presencia de menores en los sus campamentos los guerrilleros esperan persuadir al gobierno para evitar que sean combatidos y de esta forma mantener sus actividades de narcotráfico y minería ilegal, vulnerando los derechos humanos de los menores que se supone esos grupos defienden.
Igualmente la “Retención de Personas”, denominación que se utiliza para matizar la actividad de Secuestro, a estas personas le son restringidos sus derechos fundamentales como la libre movilización, el ser separado de su familia, derecho a la integridad personal y especialmente el derecho a la libertad, disfrazando de esta forma su proceder delictivo.
Las anteriores definiciones son ejemplos de expresiones inequívocas de esclavitud, promovidas por grupos narco guerrilleros en Colombia, ¿Será que en este país si se está cumpliendo la Ley que abolió la esclavitud desde el siglo XIX? ¿Será que con las modernas denominaciones estamos tratando de ocultar que en Colombia aún persiste la esclavitud y que los gobiernos y los organismos internacionales cohonestan con esta actividad simplemente refiriéndose a ella con nuevas terminologías?
¿Cuándo vamos a aceptar que en Colombia aún existen esclavos y organizaciones esclavistas? ¿Cuándo vamos a llamar las cosas por su nombre y dejar de justificar y considerar como “políticas” a las organizaciones delictivas que practican y se lucran de la Esclavitud? ¿Cuándo será que los perpetradores de la esclavitud resarcirán a la sociedad por el daño causado a sus conciudadanos? ¿Cuándo será que el Estado considere a las víctimas de la guerrilla como interlocutores y no solamente a las víctimas de los paramilitares? Estas y muchas otras preguntas relacionadas con la esclavitud en Colombia quedan sin respuesta pero va siendo hora de modificar los parámetros de lo que se considera aceptable y no aceptable por parte de la ciudadanía.
Se espera que este Gobierno consolide su estrategia de paz total y que dentro de este propósito se logre el hasta ahora fallido anhelo de abolir la esclavitud en Colombia.