El cambio está en juego

14 febrero 2023 5:24 pm

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Gilberto Zaraza Arcila

Ayer se llevaron a cabo las concentraciones en las plazas públicas para respaldar el cambio propuesto y las reformas sociales, políticas y económicas presentadas por el primer presidente progresista de la historia. Hoy se realizan las movilizaciones de la oposición desleal, injustificada y virulenta, que sin argumentos, con mentiras y miedo promueven los grupos económicos, los partidos políticos tradicionales y los medios de comunicación.

A los malos perdedores viudos del poder les parecen peligrosas y preocupantes las manifestaciones a favor del cambio y del gobierno. Pero no las que ellos realizan presionando a sus trabajadores o pagando a quienes se sumen al propósito de bloquear y paralizar el país, para desestabilizar el gobierno. Porque supuestamente el comunismo se tomó el país y lo está destruyendo. Antes cuando marchaban exigiendo derechos los trataban de terroristas y vándalos. Los insultaban con estribillos de “trabajen vagos” y “Yo no paro, Yo produzco”. La doble moral.

El propósito como lo dicen en redes sociales es tumbar al presidente Petro a las buenas o a las malas, con la ayuda irresponsable de los medios de comunicación, generando pánico, que porque vamos para el abismo.

Entregaron el país atrasado y descuadernado. Convertido en un Estado narcoparamilitar. En el imperio de la corrupción y la impunidad. Con las mayores violaciones de derechos humanos, como el exterminio de más de 6.000 integrantes de la UP y más de 6.402 ejecuciones extrajudiciales a manos de las Fuerzas Armadas y los paramilitares.

Con los mayores déficits fiscal, deuda externa, devaluación, inflación y pérdida de la calificación de riesgo de la historia. Con la mitad del territorio abandonado, sin seguridad, sin presencia del Estado y en manos de grupos al margen de la ley. Como uno de los países más desiguales del mundo.  Con más de la mitad de la población en la informalidad, en la pobreza y la miseria. Con salud y educación de mala calidad, sin empleo, ni pensión, ni vivienda, ni alimentos, etc.

Pero como creen que dejaron un paraíso, con cinismo e hipocresía fungen como defensores del pueblo al  que han despreciado, legislando y gobernado en su contra. Aduciendo que el peligro es Petro que llegó a saldar la enorme deuda social histórica de más de 200 años de inequidad y exclusión.

Se oponen a las reformas de la salud, las pensiones y la laboral porque les acaba con sus negocios y con la explotación laboral. Con el sofisma que está en riesgo el aseguramiento universal, las pensiones y la estabilidad laboral; cuando es el Estado con dineros públicos el que garantiza la salud, el 90% de las pensiones y las garantías laborales, y no la empresa privada.

La OMS y la OPS felicitaron al gobierno por implantar un modelo de salud preventiva y con atención primaria y por retomar el Estado el manejo de la salud. Además, enviaron comisiones para acompañar el trámite de la reforma.

El pulso que se mide en las calles es por el cambio o por mantener el statu quo. El Sector privado que siempre ha impuesto los gobernantes, no quiere permitir que acaben con la privatización del Estado y sus lucrativos negocios que les permitieron la concentración de la riqueza en 4 grupos económicos. Se oponen a que el gobierno priorice la inversión social para favorecer a los marginados y desprotegidos, porque consideran que esta inversión actúa en contra de sus intereses.

Los grupos económicos que siempre han impuesto gobernantes y congresistas para que defiendan sus intereses; no se deben preocupar porque que el gobierno implante políticas públicas de corte social para favorecer a la mayoría de la población excluida. El sector público no es enemigo ni competidor del sector privado. Es un aliado y deben trabajar en equipo estableciendo alianzas público- privadas con el propósito de generar riqueza, que beneficie a los empresarios, pero también a todos los colombianos. El progreso y el bienestar deben ser compartidos, no solo para los privilegiados.

Lo que está en juego es el proceso del cambio y las grandes transformaciones que el país requiere. La derecha está promoviendo una conspiración para derrocar un gobernante legítimo, pero no lo hizo para derrocar a Iván Duque gobernante ilegitimo. El reto del pueblo, de las mayorías que lo eligieron es impedirlo. Debemos respaldar al presidente Gustavo Petro masivamente en calles y plazas.

La derecha no dialoga, impone por la fuerza, aun con la represión excesiva y la eliminación de quien protesta. Pero rechazan un gobierno que dialoga, permite la libre movilización sin represión y logra consensos democráticos, como los del Plan Nacional de Desarrollo.  

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