Mariposa

18 febrero 2023 4:56 pm

Compartir:

No te vi llegar. Más bien presentí tus aleteos y comprendí que eras una dama etérea entre las nubes rojas de tu blusa. Tu rostro moreno de exótica belleza venia enmarcado por las dos colitas de tu peinado y los adornos en ellas hacían juego con la mariposa carmesí, que como tú, revoloteaba, pero en el misterio de tu generoso escote. Un pantalón pescador negro delineaba la armonía de tu cuerpo y las sandalias color sangre, como el esmalte de las uñas, resaltaban en tus pies morenos.

Más tarde, abrazados en la carretera por la velocidad de mi moto y el viento, sabiendo que el frío del invierno me atería, retornaste mi calor al extraviar tus manos entre la camisa… los botones cedieron con facilidad ante las ansias de mi pecho.

Luego, inmersos entre volutas multiformes de humo, el tintineo del bacarat y el ambiente bohemio de una tasca, los labios se buscaron como un presagio. Los cuerpos se erizaron, se anhelaron y las palabras cedieron ante los pensamientos para dar paso a las caricias.

Bello momento ¿Recuerdas? Nuestras miradas lo decían todo, la pasión de cada beso lo incendiaba todo, nuestra piel lo deseaba todo y las ansias reprimidas afloraban todas. Los te quiero anunciaban susurros pletóricos de eros, anticipamos frotes sudorosos y el momento llegaba a la antesala de la más hermosa entrega, cuando de pronto, la estridencia de un celular hizo trizas el encantamiento.

Lo respondiste. Tu expresión cambió con la brusquedad de la llamada. Tomaste el bolso, rosaste con los tuyos mis labios y saliste con un aleteo gracioso a encontrarte con la lluvia exigua que caía mientras buscabas un taxi.

Así es que te vi partir, de nuevo revoloteando entre las nubes rojas de tu blusa y me pareciste la más linda, la más tierna, indefinible y fugaz mariposa.

El Quindiano le recomienda

Anuncio intermedio contenido