Guillermo Salazar Jiménez
“No podemos convertirnos en lo que queremos si seguimos siendo lo que somos”, lo leyó del escritor estadunidense Max Depree y lo imaginó frente al atril en el auditorio que esperaba escuchar las palabras maestras sobre la transformación de las empresas y el liderazgo que deben asumir directivos y trabajadores. Juana, aquella amiga, en atención a aquella lectura, pensó que sin la cualificación pedagógica que requiere la educación colombiana poco se puede esperar de la transformación esperada y que el Plan de Desarrollo del presidente Petro menciona.
Rusbel Caminante consideró que, aunque dicho Plan promete cambios, como afirma en el punto 3: Educación de calidad para reducir la desigualdad dentro del llamado Catalizador B. Supresión de las privaciones como fundamento de la dignidad humana y condiciones básicas para el bienestar, poco se podrá realizar sin la transformación pedagógica requerida por Colombia desde hace varias décadas. Cierto, agregó Rusbel Caminante, los temas anunciados: Formación de maestros, Educación integral, Comunidades educativas, Trabajo en Equipo, Lineamientos curriculares y los PEI –Proyecto Educativo Institucional -, hacen parte de la calidad educativa. Pero solo están descritos en cuatro páginas de las 320 que conforman aquel Plan –ver páginas 87 a 91 -.
Juana, aquella amiga, opinó que tomar la calidad educativa como eje central implica transformar el sistema desde la educación inicial hasta la universitaria. Además de los temas propuestos es, por lo menos, indispensable actualizar los currículos, especialmente de la educación inicial, porque es desde allí donde se aprende para la vida futura. Añadió que la formación de maestros y la formación integral son temas inherentes a la calidad educativa, pero tienen igualmente que responder a cambios en los procesos y métodos pedagógicos del aprender y enseñar. Es decir, transformar el caduco sistema pedagógico que rige la educación, entonces recordó a la escritora Victoria Erickson: “La transformación no es dulce/ y brillante. Es un oscuro y/ nebuloso empujón doloroso. / Un desvanecimiento de las/ falsedades que has llevado en/ tu cuerpo. Un desarraigo/ completo antes de convertirte”.
Creo que la calidad educativa está en manos de los maestros, expresó Rusbel Caminante, porque son actores centrales del proceso pedagógico. De ellos depende que el actual gobierno nacional atienda las fallas y posibilite los recursos para hacerla realidad, porque la calidad requiere de maestros que piensen y obren acorde con las necesidades de los colombianos. Expresó que el contenido generalista del Plan sobre la educación refleja la simple intención de transformarla, entre otras razones porque según Goethe “Pensar es fácil; actuar difícil; transformar los pensamientos en actos es lo más difícil”. Completó la idea al afirmar que los diseñadores del Plan de Desarrollo pensaron en la calidad de la educación, pero obviaron la importancia que tiene el maestro en su transformación, y concluyó con el poeta alemán Friedrich Hölderlin: “Cuando suena la hora. / Como el maestro, sale del taller. / Y el vestido que entonces lleva. / Es vestido de fiesta. En señal de la obra. / Que aún le falta por cumplir”.